Revista Cultura y Ocio

El corazón de un hombre – @KalviNox

Por De Krakens Y Sirenas @krakensysirenas

Qué fácil  es escribir lo que se siente cuando no quieres que nadie lo lea.

Describir sentimientos se me hace fácil, sólo me basta un buen sitio donde sentarme y gente, mucha gente. Para no mirarme yo.

Me siento en el parque, hace tarde de sol y de miradas. Una abuela y su nieta pequeña ponen el toque de ternura necesario para hacerme sonreír.

Ellas se sientan a mi lado, guardan silencio. Se miran entre ellas.

Miro esa pareja que se besa. Qué envidia, amores jóvenes.

Me acuerdo de mí en aquél entonces, tímido, nervioso, total, un ignorante de la vida.

De cuántos besos llenamos el corazón y cuántas desilusiones intentamos tirar a la basura. Por más que lo pienso no se me ocurre motivo para tanto desperdicio de tiempo. Será el amor, dicen, decían, no sé.

Esas tardes esperando una llamada, ¿la llamo? ¿espero a que me llame?, ¿le gustaré lo suficiente?, no sé, tal vez.

El primer beso. Ay, ese primer beso.

Ese cúmulo de nervios, sensaciones, inseguridades. Piensas “qué bien besa, ¿besaré yo igual de bien? ¿le gustarán mis labios? ¿abro los ojos?

No sé. Oigo risas al lado. Claro, ellas.

Sigo pensando en por qué no la llamé después, por qué no le dije lo que sentía, por qué dejé escapar lo que pudo ser y no intenté. Bah, pensé, a lo mejor no soy lo que busca, o a lo mejor lo soy pero no me veo capaz de hacerla feliz. Quizá.

Miro hacia el lado, siguen riendo, en bajito. Empiezo a mosquearme.

El corazón de un hombre también es ese mueble que se va llenando de objetos, a unos les haces caso, otros acumulan polvo porque los tienes olvidados y otros sencillamente, no los tiras a la basura porque les has cogido cariño. Aunque sean horrorosos.

Quien dice objetos, dice sentimientos, recuerdos.

¿Por qué la recuerdo?, me hizo daño. ¿Fue ese beso, esas frases o quizá que era tan joven que no distinguía amor de capricho?, tampoco lo sé.

Risas, más risas. Las miro.

Callan de repente. Nos miramos, supongo que mi enfado se nota. “No te enfades, sabemos quién eres, y lo que eres. Llevas toda la tarde hablando de nosotras”

-¿Cómo?

Sí, porque nosotras somos ellas, somos tú, somos nosotras. Tus dudas.

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