Yo he visto el miedo a hablar del pasado en unos ojos muy oscuros, unos ojos casi negros. Esa mirada llena de horror pertenecía a mi bisabuela.
Unas veces, sin decir yo nada, me contaba historias de la guerra. Otras, respondía a mis preguntas. Pero había otras veces en que su mirada iba acompañada de palabras que pedían por favor que no la hiciera hablar de aquello. Me pedía no tener que decir en voz alta un momento concreto que había vivido allá por el tan cercano y tan lejano siglo XX.
Qué necesario es que personas como Almudena Grandes se hayan documentado y hayan querido reflejar las infinitas historias e intrahistorias de las caras más inhóspitas del ser humano. Concretamente, de personas en la guerra. Personas en la miseria que dejan de ser personas para convertirse en cuerpos que sobreviven y ya.
Yo escuché de primera mano el ruido de los aviones sobrevolando la población, las escapadas a otras zonas, el frente de Teruel, las cartas en clave a la cárcel para poder enviar noticias… Una lástima que no sabían escribir o leer. Todavía recuerdo escuchar un montón de veces la palabra estraperlo. ¿Qué significaría un palabro tan raro? Hasta que por fin un día me enteré de que estraperlo, en mi casa, iba a ser esconder la comida entre la ropa que se llevaba a lavar. También escuché de primera mano el compartir los vales de racionamiento como buenamente se podía. Que el chocolate era rarísimo. Y que si se tenia que ir un poco más justo de la cuenta, se cocinaba un gato. Las denuncias a vecinos, con su afeitado de cabeza correspondiente en el mejor de los casos. La dinamita en un pozo. Pedir que te entierren con tus amigos.
Cuando ya empecé a ser más mayor y más consciente, alguna que otra vez pensé en escribir aquello que me contaba mi bisabuela. Pero siempre lo fui dejando pasar y ahora ya no hay marcha atrás. Por eso es tan importante la labor de escritores como Almudena Grandes. Para que no se olvide lo que fuimos, que es por lo que somos.
En cuanto a El corazón helado, lo primero que me llamó la atención fue la forma en que Grandes utiliza la repetición. Es de una maestría su prosa en general…
Lo que más me impactó es que es el primer escritor que leo que logra plasmar pensamientos simultáneos de manera fluida y lograda. Nunca lo había visto y dudaba de que alguien lo pudiera hacer bien. Sin embargo, Almudena lo logró y me encantó leerlo.
En cuanto al contenido, uf, uf y uf. Son tantas las historias que cuenta… Que imagino que la realidad supera a la ficción y por mucho que esté novelado, la realidad palpita detrás. Me dejó completamente tocada la forma tan humana, que no quiere decir ni romántica, ni idealizada, sino cruda, como el propio ser humano, de relatar lo vivido en los campos de concentración. Las marchas. Los «paseos». Las huidas. Los logros y las miserias. El Exilio. Al fin y al cabo, la supervivencia.
Recomiendo su lectura. Para mí pesa más la parte directamente relacionada con la guerra que el intento del protagonista de descubrir quién fue su padre a través de las distintas personas que lo conocieron.