En varias ocasiones me he referido al pésimo servicio del Euromed, la línea de tren entre Barcelona y Valencia, hasta el extremo que en las dos ciudades muchos le llamamos Euromierda.
El Euromierda ha sido siempre un excelente ejemplo de la profunda estupidez que con demasiada frecuencia actúa la Administración Pública española. Resulta que en un país en que a un coste descomunal se han construido líneas AVE desde Madrid a una considerable lista de destinos que entre otras barbaridades incluyen cinco de las diez ciudades menos pobladas del país, el trayecto entre Barcelona y Valencia que no solo es el que soporta más pasajeros sino que atraviesa una zona por donde circulan más del 65% de las exportaciones del país no ha prácticamente variado en los últimos 50 años, y el tiempo del trayecto (3 horas y 10 minutos) es el mismo que hace 50 años. A este comentario puedo añadir que los ineficaces gestores ferroviarios españoles no se han enterado todavía que el AVE también puede ser útil para mercancías, algo que en Francia saben y practican con éxito desde los años sesenta. En los últimos años se está mejorando la línea del Corredor Mediterráneo, pero ha sido por imposición de la U.E. y sin ningún interés por parte de RENFE y ADIF que en el Corredor Mediterráneo usan el método de un paso adelante y medio paso atrás.
Pero lo que me ocurrió el pasado sábado 20 de julio demuestra que nuestros gestores públicos no son solo ineficaces, además muchos son profundamente estúpidos.
Mi Euromierda salía de Valencia a las 10.55 hacia Barcelona. Como es habitual, desde unos 25 minutos antes los pasajeros ocupamos nuestros asientos, pero llegaron las 10.55 y nada se movió. Hacia las 11.20 se dignaron advertirnos que estaban esperando parte del tren que estaba llegando con retraso desde Alicante. El tren en que estábamos sentados esperando tenía 10 vagones y muy pocos asientos vacíos mientras el que estaba viniendo de Alicante era de 8 vagones. Después de una larga espera, al fin el tren de Alicante llegó, se unió al nuestro y finalmente salimos ¡¡¡CON UNA HORA Y DOCE MINUTOS DE RETRASO!!!
Si, como le oí decir a un empleado de RENFE, la gran mayoría de pasajeros a Barcelona estaban en el tren que esperaba en Valencia, si los jefazos de RENFE aparte hacer desastrosamente mal su trabajo tuviesen un mínimo de inteligencia en vez de ser estúpidos perdidos, habrían partido el tren en dos, el de Valencia donde nos esperábamos que podía haber salido y llegado a Barcelona puntualmente, y el que venía de Alicante que habría llegado con pocos pasajeros y con retraso a Barcelona. El que no fuesen capaces de aplicar una solución tan simple demuestra hasta que punto los jefazos de RENFE solo tienen capacidad mental para labrar el campo tirando del arado al lado de la mula.
Por si no teníamos suficientes pruebas de que lo que impera en RENFE es la idiotez, ellos mismos añadieron otra. Unos minutos antes de que el tren que venía de Alicante se acoplase al nuestro lo avisaron por los altavoces, advirtiendo que el tren se movería y por esta razón cerrarían las puertas, para a continuación aconsejarnos que mientras las puertas estuviesen cerradas nos abstuviésemos de salir o entrar en el vagón.
Después de esta experiencia creo que el calificativo de Euromierda queda corto, muy corto.