Cada día, los medios de comunicación publican noticias relacionadas con la falsificación de productos farmacéuticos. La pandemia del COVID-19 está sirviendo para exponer a los ojos de la sociedad un problema que afecta a la salud del planeta.
El negocio de este tipo de productos falsificados se ha incrementado casi en un 20% en dos años. Lo que cuesta entender es que los consumidores no adviertan que esos productos son, además de un engaño, una amenaza para su salud y su vida.
Hace unos días, la Organización de Consumidores y Usuarios ha alertado de la venta en España y Dinamarca de varios modelos de mascarillas defectuosas y falsificadas, que habrían sido fabricadas en China. El problema que presentan las mascarillas defectuosas es que no son capaces de retener el porcentaje de partículas mínimo que deberían paralizar este tipo de producto.
Además, habría otro lote que no indican la certificación (ISO/UNE) por lo que no ofrecen garantías de fabricación y de seguridad. Por último, también ha aparecido en ese lote mascarillas falsificadas imitando un modelo de la firma 3M.
Igualmente, una operación mundial ha demostrado que el comercio de productos falsificados no para de crecer. Y es que la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ha sido el mejor caldo de cultivo para seguir ampliando la lista de medicamentos a falsificar. En dos años, el negocio ha subido casi un 20% y parece que seguirá creciendo a tenor de los datos que se van conociendo diariamente.
La operación Pangea XIII es un claro ejemplo de que los delincuentes están dispuestos a hacer lo que sea con tal de seguir aumentando sus beneficios. De hecho, estos malhechores han convertido Internet en el gran top manta de los medicamentos ilícitos.
La policía, con la ayuda de los servicios de aduanas y autoridades sanitarias de 90 países, ha llevado a cabo 121 detenciones en todo el mundo y ha procedido a la incautación de productos farmacéuticos peligrosos con un valor de mercado de 14 millones de dólares. El modo de proceder de estos delincuentes es utilizar más de 2.000 enlaces en línea o link dentro de páginas web que se dedican a mostrar falsos productos que ofrecen.
En el periodo que se hicieron las 121 detenciones, la Interpol se incautó de 4,4 millones de fármacos ilícitos, entre los que figuraban medicamentos contra el cáncer, sedantes, comprimidos para la disfunción eréctil, hipnóticos, esteroides anabolizantes, analgésicos, comprimidos para el sistema nervioso, medicamentos dermatológicos o vitaminas. Además, debido a la reciente propagación del covid-19 se requisaron más de 37.000 dispositivos médicos falsos como mascarillas quirúrgicas o equipos de autocontrol del VIH y glucosa.
Los falsos tratamientos del coronavirus
En el caso de la pandemia COVID-19, algunas webs ilegales están anunciando productos con falsas propiedades curativas o preventivas contra el virus. Aunque parezca algo frívolo, hay que recordar a la población que –por ahora- no existe ningún tratamiento contra el coronavirus.
No existe ningún medicamento autorizado para el tratamiento o prevención del COVID-19, por lo que cualquier oferta o anuncio de un supuesto producto que invoque a curar o proteger frente a la enfermedad es completamente falso.
De hecho, la situación ha sido de tal gravedad que la Organización Mundial de la Salud ha tenido que emitir una alerta global tras detectar un gran número de supuestos productos médicos falsificados que pretenden prevenir, detectar, tratar o curar el COVID-19. Además, especialistas de la OMS en productos médicos falsificados como Pernette Bourdillion, indicó que estos fármacos ilícitos no solo ayudan a tratar enfermedades como el coronavirus, sino “que causarán un daño de manera activa en el consumidor, porque podrían estar contaminados con sustancias tóxicas”.
Como la situación es tan grave, algunos gobiernos ya han comenzado a desarrollar planes de información para tratar de concienciar y sensibilizar a la población de los peligros que entraña la compra de esos productos ilícitos a través de Internet. El objetivo es ofrecer información a los ciudadanos de que todos esos medicamentos falsos no tienen una dosis adecuada, ya que en algunos casos puede ser excesiva, en otros insuficiente y muchos nula. En algunos casos puede ocurrir que los medicamentos sean auténticos, pero que al ser robados pueden haber sufrido variaciones en sus condiciones por un mal uso del almacenaje o del transporte.
Tanto la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios como la Agencia Europea del Medicamento han señalado que la compra de productos homologados solamente se puede realizar en farmacias autorizadas, tanto en las físicas como en las farmacias online. Hay que recordar que la Unión Europea aprobó la autorización de la venta online de medicamentos, pero solamente de fármacos que no necesitan receta y siempre a través de farmacias autorizadas en cada país.