Quienes conocieron las dictaduras fascistas y comunistas tienen como recordatorio de sus métodos de control y propaganda los libros de Orwell “1984” y “Rebelión en la granja”, cuya síntesis se repite aplicándoselos a los disidentes en la Venezuela chavista-madurista, y también podemita, como le ocurre al preso político y líder socialdemócrata Leopoldo López.
El coordinador del partido Voluntad Popular, miembro de la Internacional Socialista, lleva dos años en prisión de su condena de 14, acusado de convocar manifestaciones violentas contra el régimen el 12 de febrero de 2014.
Aquél día los manifestantes en distintas partes del país fueron atacados por la Guardia Nacional Bolivariana, lo que provocó 43 muertos, casi todos opositores al chavismo.
No había pruebas de que hubiera llamado a enfrentarse a la policía. Pero para acusarlo el régimen contrató a la profesora de lingüística de la Universidad de Los Andes Rosa Amelia Asuaje, pidiéndole encontrar en su lenguaje llamamientos a la violencia.
El informe indicó que López usaba términos agresivos contra el chavismo en sus discursos, aunque no llamamientos a esa violencia.
El fiscal jefe del caso huyó tras la condena y reconoció la manipulación, y ahora la lingüista denuncia que “La juez Barreiro (doctorada por miembros de Podemos en Zaragoza) manipuló mi declaración para inculpar a López”, y que “su sentencia parafrasea algo que yo no dije”.
Pablo Manuel Iglesias, Luis Alegre y Juan Carlos Monedero, entre otros, elaboraron técnicas para que el régimen venezolano controlara al pueblo con propaganda y persiguiera a disidentes como López declarándolos culpables de “crimental” terrorista, como el Gran Hermano de “1984”.
Podemos le ha enseñado al chavismo a usar la agitprop estalinista-hitleriana para perseguir el Crimen del Pensamiento. Y esta es la gente que podría regir España algún día.
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SALAS