Este jueves ha publicado finalmente el periódico El País un extracto de los papeles de Bárcenas, es decir, unos retales de lo que sería su cuadernito gris, el cuaderno manuscrito del que anticipaba su existencia yo mismo hace unos días. Todo ello, por supuesto, presuntamente.
Dolores de Cospedal creo que, strictu sensu, no mintió
en la rueda de prensa de este jueves. Pero, desde luego,
no contó toda la verdad.
(Fuente: tele5)
Según cuentan periodistas próximos al dossier, El País disponía de esta información desde hace unos cuantos días, y se ha preocupado de intentar hablar con los presuntos afectados, para darles la oportunidad de que también se publicaran las declaraciones o precisiones que tuvieran a bien hacer.
Tras muchas deliberaciones en el seno del Partido Popular, hoy mismo, cerca de la una y media de la tarde (casi una hora más tarde de la que se había convocado inicialmente), compareció la Secretaria General del Partido Popular en rueda de prensa con preguntas (salvo para El País), en la sede de Génova.
La posición de Cospedal va en la línea de que no reconocen para nada que esos papeles que se han publicado tengan nada que ver con la contabilidad del PP, que no se sienten afectados por ellos, que tomarán medidas legales (todavía en manos de su departamento jurídico) contra los medios que los han publicado (sin más precisiones por el momento). Y que esas presuntas demandas o querellas se presentarán tanto por el PP como institución, como a título personal (se supone que por parte de los directivos -o ex-directivos- del partido que se citan explícitamente en estas informaciones).
Cuando uno ve por segunda vez una película de suspense (es decir, cuando ya se conoce la identidad del asesino, del traidor o del topo), todas las apariciones del o de los culpables las analizamos a la vista de las informaciones que ya conocemos y que se supone que no deberíamos saber (todavía). Podemos así apreciar sutilezas, posibles agujeros en la textualidad del diálogo, comportamientos sospechosos, dobles sentidos, etc. etc.
Pues bien, sugiero que veáis dos veces más esta rueda de prensa de Dolores de Cospedal. En la primera, asumid que todo lo que se ha publicado es real, que el tesorero Bárcenas era el administrador de una Caja B, que se alimentaba de donaciones de diversas empresas (constructoras y otras) y que ese dinero se destinaba a pagar algunos sobresueldos y algunos gastos corrientes (pero no justificables en la contabilidad oficial del partido). Y que, muy probablemente, de ese dinero (que nunca fue del PP, sino de la Maquinaria Trincona Barcenasa), una parte la derivó el propio administrador a alguna cuenta propia en Suiza (como un abyecto Fondo de Pensiones personal, para asegurarse una vejez confortable, aunque sus antiguos amigos le puedan dejar con el culito al aire).
En la segunda repetición, asumid que todo es falso. Que esos papeles que se han publicado son una falsedad total, que han sido preparados y elaborados por el propio periódico que los ha publicado, o por terceros influidos o pilotados por otras fuerzas políticas que quieren perjudicar y desprestigiar al PP, y desviarle de su máximo objetivo que no es otro que sacar a España de la crisis (sic).
Tras esas dos repeticiones, seguro que habréis obtenido algunas conclusiones bastante claras. Habréis detectado que la forma de contar algunas cosas podría encajar bastante bien en una de las hipótesis, y chirriar como un error en el guión, cuando asumimos la hipótesis contraria.
Estoy convencido de que Dolores de Cospedal, en sentido puro, no ha mentido. Aunque muy probablemente no ha contado toda la verdad. Igual que seguramente tampoco lo han hecho el resto de directivos en sus respectivas declaraciones. Pero, el problema, el chirrido, es que todas ellas pueden encajar bastante bien en la hipótesis de que todo sea real.
Supongamos que la existencia y funcionamiento de esta Maquinaria Trincona Barcenasa sea real. Está claro que, para nada, ese cuadernito gris que parece haberse filtrado es, de ninguna forma, la contabilidad del PP. Realmente, serían las cuentas básicas (de sumas y restas) de esa máquina corrupta desarrollada en los aledaños del partido, en las cloacas del PP. Si (y digo si) hubo sobres con dinero en efectivo que el administrador de ese fondo de reptiles entregó a Aznar, a Rajoy, a Mayor Oreja o a quien fuera, es evidente que ese dinero, en ningún caso fue un sobresueldo del Partido Popular, ni de su Grupo Parlamentario, sino un pago en señal de agradecimiento por parte de Maquinaria Trincona Barcenasa que, por supuesto, no dispone de NIF.
Toda maquinaria corrupta, por su propia definición y diseño, está a salvo de cualquier tipo de auditoría. Ni existe un NIF del pagador, ni recibos ni facturas ni documentos de ningún tipo, más allá del cuadernito gris de marras. Un cuadernito que el administrador nunca perdería de vista y del que sólo daría cuenta, en su caso, en un vis a vis con el responsable de la organización corrupta, fuera quien fuera.
Se van, pues, como humo de pajas, todas las manifestaciones de los responsables del partido hablando de las auditorías internas y externas que han encargado urgentemente a la actual tesorera del partido. Ese, desde luego, no es el problema, y ya podemos adelantar las conclusiones de esas auditorías: Todo limpio como una patena.
Cualquier Maquinaria Trincona se diseña y construye para que resulte totalmente opaca. Claro que, como todo fondo de reptiles que discurre por las cloacas del sistema, corre el riesgo de un segundo nivel de corrupción por parte del propio administrador. Nadie puede demostrar (ni tampoco su contrario) que ese sobre manila (con dinero en efectivo en su interior) entregado por una mano anónima en la oscuridad de un garage (un decir) contuviera exactamente la cantidad que acabó reflejada en el cuadernito gris. Y que, en su caso, a la salida del garage el administrador tenía un sobre manila con la mitad de la pasta en el bolsillo de los sobres, y otro con la otra mitad de la pasta en el bolsillo trasero del pantalón, que podría acabar en una cuenta suiza personal. La lealtad del administrador hacia el responsable se le supone, pero (también) es imposible de demostrar (o descartar).
El problema real para la democracia cuando hay sospecha de estas (presuntas) prácticas corruptas, es que ni se puede demostrar que sean reales, ni tampoco se puede demostrar que son inventadas. Al no existir documentos que reflejen las transacciones, ni una contabilidad que soporte el más mínimo escrutinio (más allá de ese cuadernito gris y manuscrito), todo intento de demostración acaba en un su palabra contra la mía.
Todo ello salvo, claro está, que haya testigos de algunas de esas transacciones. O que haya arrepentidos, posiblemente alguien que sólo vio circular esos sobres, pero que siempre comprobó que acababan en bolsillos ajenos.
La verdad es que me cuesta muchísimo creer que todo este entramado sea una total invención, que sea una creación de terceros con la única intención de perjudicar al PP. Y, me temo, lo mismo les sucede a los dirigentes del PP que han hablado. Tanto aquellos a quienes les conste la existencia de esas maniobras en las cloacas (suponiendo que los haya, claro), como aquellos a los que no les conste.
La democracia española, que todavía arrastra muchos pecados de juventud, tiene una asignatura absolutamente pendiente con el tema de la financiación de los partidos políticos, y con la existencia (oficial y a la vista) de lobbies o grupos de presión que ejercen fuerte influencia sobre quienes detentan el poder, para favorecer sus propios intereses. Ya es hora de que se avance en esta dirección. Lo mismo que en el tema de las donaciones particulares para el sostenimiento de una determinada actividad política. Luz y taquígrafos es la única receta posible.
Y, lógicamente, veremos cierta tibieza en la posición del resto de partidos políticos. Porque, casi con total seguridad, por las cloacas se mueven otros cuadernitos (verdes, azules, rojos), en los aledaños de todos los partidos políticos que han detentado algún poder ejecutivo, o que son candidatos a detentarlo en alguna de las administraciones públicas del país.
Veremos cómo se lidia con el problema por todas las partes. Pero parece evidente que, por ejemplo, Mayor Oreja no miente cuando dice que todas las retribuciones que recibió del Partido o de su Grupo Parlamentario venían por transferencia bancaria con las correspondientes retenciones y contribuciones a la Seguridad Social. Sólo que si existieron sobres con efectivo (y repito si), es evidente que esas cantidades en ningún caso fueron retribuciones o sobresueldos, sino liberalidades de la Maquinaria Trincona Barcenesa, una organización (mafiosa) sin existencia legal ni oficial, sin NIF y sin ningún tipo de contabilidad oficial o formal. Y, por cierto, sin ninguna vinculación documental con el Partido Popular.
Que no mientan explícitamente no impide que todo ello apeste a dinero negro, a pagos de terceros a cambio de favores (en perjuicio - presunto - de todos los ciudadanos), a gratificaciones entregadas en efectivo dentro de sobres manila, o a que las corbatas de Rajoy se pagaran de esa (presunta) caja B, para no tener que dar enojosas explicaciones, si se reflejaba ese gasto en la contabilidad oficial del partido. Todo el tema huele absolutamente a corrupción y trinque.
De verdad, cualquier película de suspense se ve de otra manera totalmente distinta cuando ya se conoce la identidad del asesino, del traidor o del topo.
Los perjudicados, todos los ciudadanos del país y la propia imagen de España.
JMBA
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 04 febrero a las 07:58
Se está hablando de impunidad y culpabilidad con una gratuidad apabullante. Hasta los etarras son presuntos cuando los apresan con el amonal en la mochila. Hablemos de culpables cuando tengamos pruebas de culpabilidad irrefutables. Y por cierto, tanto acusados como acusadores deberían presentar sus cuentas, que irregularidades hay en todos los partidos políticos, seguro...