Revista Cultura y Ocio

El cuaderno de Rutka, de Rutka Laskier

Publicado el 21 mayo 2024 por Laura Coll Rigo
El cuaderno de Rutka, de Rutka LaskierNº de páginas: 150
Editorial: SUMA
Idioma: Castellano
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788483650400
Año de edición: 2008
Traductor: Joanna Bardzinska y José Miguel Pallarés

Sinopsis:
Bajo la ocupación alemana, una niña polaca se aferró a su diario y a la esperanza de que un día la guerra terminase. Hoy, sesenta años después, sólo los quedan sus palabras. Sencillas palabras sobre el descubrimiento del amor y el deseo, pero también palabras terribles de dolor y miedo ante la negra sombra que se estrecha sobre ella.

Opinión:

Me gusta mucho leer acerca de la Segunda Guerra Mundial, pero de un tiempo a esta parte me he cansado de las obras que recrean la época, porque tienden a retratar más lo extraordinario que lo cotidiano. Es por eso que he pasado a interesarme por los relatos reales, narrados por sus protagonistas o basados en sus testimonios. 

No todo el mundo puede ser escritor, y eso lo demuestran muy bien estas obras: que hayas experimentado algo no significa que seas capaz de expresarlo. Esa es la principal traba de estas obras: son textos sinceros, pero de poca calidad literaria. Es lo que sentí al leer Diario, de Ana Frank, o Diari de Praga (1941-1942), de Petr Ginz, porque retratan a la perfección cómo la guerra puede convertirse en parte del día a día, pero son textos a los que les falta revisión y madurez. 

Tenía la esperanza de que el caso de Rutka fuera distinto, pero no ha sido así. Al igual que en los casos ya mencionados, este libro recoge el diario de Rutka, una muchacha judía de 14 años que vivió en el gueto de Bedzin. Escribió de forma esporádica durante los primeros meses de 1943 y antes de ser deportada, lo ocultó en la escalera de su casa. Una amiga recuperó el diario y lo guardó durante más de 60, hasta que finalmente decidió darlo a conocer.

La editorial ha hecho lo que ha podido con el material que tenía. El cuaderno de Rutka original no era muy largo: en formato bolsillo y con la letra grande, el texto no ocupa más de 60 páginas. Para hacer bulto, incluso se han añadido algunos textos de Rutka completamente desconectados de la cronología que establece ella y de origen incierto. Son solo un par de páginas, pero resultan confusas y no sentí que aportaran nada. 

Como el texto original no tenía la extensión suficiente como para justificar un libro, la editorial decidió complementarlo con fotografías de la familia de Rutka y varios textos adicionales: una introducción del editor, un análisis del texto de Juan María Alponte, otro de Arnoldo Kraus, un ensayo historiográfico del papel de los judíos en la historia polaca, de Marek Halter, y el relato de Zahava Laskier, hermanastra de Rutka, que nos cuenta qué fue del padre de Rutka. Todo esto encuadernado en una edición tapa dura muy cuidada y con papel de calidad.

En general, todo este material adicional es superfluo. Tanto la introducción del editor, que es muy corta, como las fotografías (se agradecen, porque permiten que pongamos rostro a los nombres que se mencionan), como el texto de Zahava sí que me parece que enriquecen la obra, porque aportan contexto y perspectiva, pero los dos análisis literarios son repetitivos y ensalzan como si fuera una obra de arte algo que no es más que el diario de una adolescente. En cuanto al texto de Marek Halter, ofrece un vistazo general al papel de los judíos en Polonia, pero está completamente desligado de la historia de Rutka y es muy monótono.

La mejor parte es, sin lugar a dudas, el cuaderno de Rutka como tal. Algo que siempre me sorprende de estos relatos es que son diarios que podría escribir un adolescente de nuestra época. Rutka no se preocupa por construir textos coherentes, cuidar la prosa ni la sintaxis. No le preocupa ser redundante o no ofrecer contexto. El diario es un espacio personal (aunque en varios momentos menciona la posibilidad de darlo a conocer después de la guerra, por lo que considero que no es fisgar en su intimidad) donde habla de sus preocupaciones, que son las propias de una chica de su edad: los lazos con sus amistades, el descontento que siente hacia sus padres, el descubrimiento del amor romántico y su interés cambiante por los chicos. Parece que nos separa un abismo, pero no somos tan distintos a nuestros antepasados.

El cuaderno de Rutka, de Rutka LaskierNo busquéis reflexiones profundas ni un relato desgarrador, porque Rutka se limita a contarnos cuáles son sus planes con sus amigos y cómo van cambiando los vínculos entre ellos, sin referirse a la situación sociopolítica. Todo esto se enmarca en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, mientras Rutka permanecía encerrada en el gueto, pero nos habla muy poco de actos de guerra y cuando lo hace, lo menciona con absoluta indiferencia. Uno de los momentos más impactantes (¡SPOILER de un libro que no creo que leáis!) es cuando menciona que vio cómo un soldado mataba a un bebé golpeándolo contra una pared y un par de líneas después nos habla del chico que le hace tilín pero no. Puede que estos testimonios no tengan valor literario, pero muestran cómo el ser humano es capaz de insensibilizarse ante la violencia y mostrarse indiferente al horror. A todo se acostumbra uno si quiere seguir viviendo sin perder la cabeza. El cuaderno de Rutka, de Rutka LaskierLa estructura narrativa es caótica. Sigue un hilo cronológico, pese a que no escribe con asiduidad, pero no nos relata su día a día de forma ordenada y clara, sino solo aquello que le resulta más relevante de la relación con sus amigos. No nos habla de su trabajo, ni de sus padres, ni de sus sentimientos respecto a la guerra, cosa que me hubiera parecido enriquecedora. Nos habla mucho del aburrimiento que siente, algo lógico, pero que las novelas de ficción (dónde todos son nervios y ansiedad) suelen obviar con frecuencia. En la guerra, hay situaciones tensas que se alargan durante meses, pero el cuerpo no puede permanecer alerta durante tanto tiempo, así que el aburrimiento ante la espera es inevitable.

La mayor parte del tiempo, Rutka nos habla de sus amigos y amores, pero como no nos ofrece contexto, no son más que nombres. Esto habitual en los diarios, puesto que en un principio la intención es dialogar con uno mismo, no con otros. Es por eso que el lenguaje no está tampoco muy cuidado y hay problemas sintácticos, un exceso de coordinadas y subordinadas y algunas repeticiones

No sé polonés, por lo que aunque se incluyen escaneadas algunas páginas del texto original, no soy capaz de discernir la fidelidad de la traducción. Eso sí, me ha parecido muy sincero que en las notas al pie se nos avisara si alguna palabra era indescifrable. Estas notas al pie, aunque escasas, no se limitan a comentarios lingüísticos, sino que también nos informan sobre el contexto o las personas mencionadas si esta información ha llegado hasta nuestros días.

Me parece muy difícil valorar y puntuar un libro como este porque no es para todo el mundo. No veo que tenga el más mínimo interés para una persona de a pie, pero sí lo tiene para alguien que, como yo, busca testimonios reales de la Segunda Guerra Mundial. La edición está cuidada, pero los textos complementarios sobran y no son especialmente interesantes. La parte más interesante es el texto original de Rutka, pero es de corta extensión. Sus palabras permiten asomarnos a la vida de una adolescente de los años cuarenta que vivió en el gueto de Bedzin, y nos daremos cuenta de que en la guerra no todo es drama y horror, sino que también hay paréntesis de incertidumbre donde te embarga el aburrimiento. Rutka no nos habla de la guerra, que es su pan de cada día, sino de sus preocupaciones inmediatas, sus amigos y amores, como lo haría cualquier adolescente. Puede que el libro no me haya gustado mucho porque tiene poca chicha y refleja el diario de una adolescente como cualquier otro, pero creo que estos testimonios son necesarios para mostrarnos la parte más mundana de la guerra, la capacidad del ser humano para insensibilizarse para seguir viviendo y cómo los jóvenes se comportan como jóvenes sin importar la época. 

Cosas que he aprendido:

  • Los jóvenes no dejan de ser jóvenes sin importar la época o el contexto.

Y para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

El cuaderno de Rutka, de Rutka Laskier

PUNTUACIÓN...1'5/5!

El cuaderno de Rutka, de Rutka LaskierEl cuaderno de Rutka, de Rutka Laskier

Primeras Líneas...

El cuaderno de Rutka, de Rutka Laskier

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