Revista Comunicación

El Cuadro de Mando Integral explicado en 3 minutos, y las dudas acerca de su aplicación en PYMES

Publicado el 19 octubre 2014 por Jongs @JonGS

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Se dice que entre el 30% y el 60% de las grandes empresas norteamericanas han adoptado el concepto de Cuadro de Mando Integral como modelo de gestión empresarial.

El artículo de Robert Kaplan y David P. Norton, “The Balanced Scorecard (BSC) – Measures That Drive Performance – “ publicado en 1992 por Harvard Business Review, se ha convertido con el paso del tiempo en un artículo seminal, a pesar de no existir muchos estudios empíricos que demuestren su impacto positivo en las empresas que la ponen en marcha.

La filosofía tras el BSC se basa en el error que supone desde un punto de vista empresarial, confiar únicamente en datos y métricas financieras p.ej. retorno de la inversión, para medir el éxito, ya que estas métricas ocultan factores como la mejora continua y la innovación, y en su lugar dan mayor importancia a objetivos cortoplacistas. Esto no quiere decir que el BSC no contemple la importancia de los datos financieros, sin embargo, éstos se complementan con métricas operativas acerca de la satisfacción del cliente, procesos internos, innovación organizativa, y actividades de mejora continua.

El BSC pretende que desde la gerencia de una empresa se de contestación a cuatro preguntas básicas:

  • ¿Cómo deben vernos nuestros clientes? (Customer Perspective)
  •  ¿En qué procesos debemos diferenciarnos y destacar? (Internal Perspective)
  • ¿Cómo podemos continuar generando valor y mejorando? (Innovation and Learning Perspective)
  • ¿Cómo nos verán nuestros accionistas? (Financial Perspective).

Este vídeo, presente en la página web de Harvard Business Review, resume en tres minutos la idea básica tras el Cuadro de Mando Integral. Tras más de veinte años desde su formulación, no ha surgido ningún otro marco integral que haya recibido más aceptación que el de Robert Kaplan y David. P. Norton.

Sin embargo, no hace falta un análisis profundo para darse cuenta que, la idea perderá robustez cuando se aplique a pequeñas y medianas empresas. ¿Cómo podría una empresa familiar, por ejemplo, formularse la pregunta acerca de como los accionistas perciben la compañía?.

Artículos como “Why the Balanced Scorecard Fails in SMEs: A Case Study”, se centran en las dificultades que las PYMES encuentran para aplicar sistemas de medición del rendimiento empresarial. Estos problemas se pueden basar en aspectos como la limitación de recursos, y que estos sistemas tienen una orientación excesivamente estratégica. Estos aspectos han influido en el surgimiento de una abundante producción académica que trata de resolver este gap entre el Cuadro de Mandos Integral y su aplicación a PYMES.


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