Para volar una cometa basta con uno. Pero, ¿y para hacer un avión?
Dentro del mundo laboral hay muchos perfiles, pero a grandes rasgos, todos nos podemos catalogar dentro de alguno de estos grupos: emprendedores, técnicos y gestores. Por supuesto, las variaciones y mezclas entre todos los tipos son muchas. Hay quien tiene mucho de uno, y poco de los demás, y otros que tienen un poco de todo. Pero siempre hay uno de los perfiles que se impone sobre el resto. Esto también depende de el puesto en el que nos encontremos dentro de nuestra carrera profesional.
En ocasiones si queremos progresar dentro de nuestra carrera profesional o queremos cambiar de aires empezando una aventura por nuestra cuenta o en otra empresa/puesto, hemos de aquirir habilidades de alguno de estos perfiles. Esto no es fácil, sobre todo, si has pasado mucho tiempo en uno de ellos. Nos lleva por el camino de la incomodidad. Con el tiempo, cada vez se hace más difícil evolucionar o cambiar, y factores como la estabilidad o la comodidad tienen un peso muy importante. Antes de continuar repasamos brevemente las características que definen cada uno de estos perfiles:
- El emprendedor. El emprendedor se caracteriza porque vive en el mundo de las ideas. Está continuamente pensando en qué hacer, qué proyectos empezar. Le encanta visualizar el futuro, ver cómo se podrían hacer efectivas sus ideas. No siempre tiene el empuje para empezar o terminar lo que piensa.
- El técnico. Al técnico le gusta perderse en los detalles de su trabajo. Disfruta de los retos del día a día. Le encanta resolver los problemas y hacer el trabajo a su modo. Aunque se apoye en los demás, le gusta resolver las cosas por sí mismo, de la forma que considera mejor.
- El gestor. La planificación y el control son sus características. No le importa el cómo, ni le gusta fijarse en los detalles. Lo que quiere es que las cosas se hagan, y que todo esté dentro de un orden. Un trabajo terminado en tiempo y forma es su mejor recompensa.
A cada uno de estos perfiles le molesta la forma de trabajar del otro, pero todos ellos se necesitan mutuamente para poder llevan a cabo cualquier proyecto. A un técnico, enfocado en un problema del día a día, le incomoda que el emprendedor le hable de una nueva idea o problema o funcionalidad, y tampoco le gusta que el gestor trate de imponerle restricciones de tiempo/forma sobre su trabajo. Al gestor le preocupa que el emprendedor le diga que hay que añadir una u otra cosa una vez que el proyecto está en marcha, o que el técnico le diga que no sabe cuánto tardará en terminar algo. Al emprendedor, le molesta que el técnico no quiera añadir eso que el visualiza como tan necesario, o que el gestor, lo postponga por cuestiones de calendario o presupuesto. A todos ellos les incomoda en algún momento la presencia de los demás. Pero todos ellos son imprescindibles para cualquier proyecto.
El hecho es que todos tenemos un poco de cada de ellos uno en nosotros. Es más, podemos adoptar uno u otro rol en distintas situaciones laborales y/o personales. La cuestión es ¿cuál es el que predomina en tu caso?
Cuando nos enfrentamos a nuevos retos, como un cambio de trabajo/puesto, una aventura empresarial o una acción social, necesitamos forzar los límites de cada uno de estos roles. Es necesario romper con nuestras barreras y hacer cosas incómodas. Cosas que nunca hemos hecho antes que nos pueden producir un cierto estrés o ansiedad, sobre todo porque no sabemos de antemano si vamos a ser capaces de pasar la prueba. Si tenemos claro cual es nuestro objetivo final, estos dolores de crecimiento son positivos, y tenemos que tratar de verlos como una fase temporal que en el futuro nos reportará beneficios. Si te encuentra ahora en una situación similar, piensa si si el estrés que tienes es porque estás creciendo, o por otro motivo. Si es el primer caso, no te preocupes, pasará y saldrás más fuerte.
Es posible, que estemos todo el día pensando en ideas para hacer, pero hay que ser conscientes de que es necesario llevarlas a la práctica, y que para eso es bueno contar con las habilidades de un buen gestor. Puede que no nos gusten, y no es necesario ser un gurú de la gestión, pero hemos de reconocer su importancia, y aprender lo básico de ellas. De la misma forma, si una idea no es técnicamente posible, pero nos empeñamos en llevarla a cabo, será un fracaso. Conocer los detalles técnicos es fundamental. No basta con que nos quedemos en la comodidad de nuestro rol, si lo que queremos en hacer algo distinto. Es imprescindible conocer nuestras carencias y aunque nos cueste, tratar de aprender eso que no sabemos. Los dolores de crecimiento nunca son agradables, pero hay que pasarlos para poder crecer.
¿Con cuál te identificas tu? ¿Que características crees que faltan para cada uno? ¿Qué personajes conocéis que tengan el perfil más equilibrado entre los tres? ¿Os habéis encontrado alguna vez en una situación similar? Comparte con nosotros tu experiencia.
Fuente http://es.paperblog.com/el-cuento-de-la-incomodidad-el-emprendedor-el-tecnico-y-el-gestor-218871/
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