
Como se ve, no hay diálogo posible. Pero ellos tampoco quieren el diálogo. Hacen todo lo posible para que el diálogo fracase. No quieren dialogar con cualquiera. Ponen condiciones. Han llegado a la majadería de descalificar al Premier y exigir la presencia del propio Presidente, sabiendo de antemano que ello es improbable. Lo saben bien. Sin duda no es más que una treta para hacer naufragar el diálogo porque en el fondo no quieren ningún diálogo que pueda llevar a una solución. ¿De qué vivirían? ¿Cómo se publicitarían? ¿Quién se ocuparía de ellos? Además el diálogo para qué si no están dispuestos a aceptar la inversión extranjera ni la actividad minera. El ex cura Arana ya ha dado su sentencia final: "se debe eliminar la minería de todo el territorio nacional porque no hay minería que no contamine". No solo quieren imponer al interlocutor del gobierno (el propio Presidente de la República) sino que además pretenden imponer a sus dirigentes sociales salidos de la nada como interlocutores válidos. Quieren que estos huachiturros de la política barata se sienten a negociar con un ministro de Estado. Más majadería no se puede pedir. Y desde luego, la agenda es el cierre de la minería en el Perú. Los progres que escriben en sus columnas mediáticas les hacen la corte interponiendo planteamientos claramente antimineros como la "ley de consulta previa" y el famoso "ordenamiento territorial" que en buena cuenta pretende definir dónde se puede hacer minería. O sea, una verdadera estupidez, porque la minería se hace donde hay vetas y minerales y no donde se le antoja a un burócrata de tercera categoría, y para más, de izquierda.Con estas dos herramientas legales los rojos pretenden desterrar la minería. Pero los radicales no piensan esperar tanto. Ellos ya están dispuestos a presentar batalla para que la minería sea desterrada del Perú. ¿Son realmente tan poderosos estos radicales de la izquierda ultra? El gobierno legítimo del Perú tiene que doblegarse ante los caprichos y majaderías de este conglomerado de fanáticos intransigentes? Una vez más creo que ya es hora de enseñarles qué significa un Estado de Derecho y quién es el que tiene la autoridad legítima en este país. La pregunta es si Ollanta Humala está dispuesto a imponer el orden y a no dejarse intimidar. Creo que el Perú entero ya está cansado de esta situación y de estos dirigentes ultras.
