Algunos deportes en los que se utiliza el balón, pero también el boxeo, son susceptibles de provocar una serie de golpes que podrían dañar los ojos. A veces, las consecuencias pueden ser irreversibles, por eso conviene tomar una serie de precauciones y de cuidados antes de lanzarse a la práctica de estos deportes de riesgo, especialmente para los ojos.
El boxeo, evidentemente, es un deporte de riesgo, en cuanto a lo que concierne a las lesiones provocadas en el ojo, y esto justifica que los boxeadores tengan que pasar un examen médico ocular con cierta frecuencia. Este tipo de accidentes también puede ocurrir en otras disciplinas deportivas, como aquellas en las que se utiliza el balón.
Se observa que cuanto más pequeño es el balón, las lesiones oculares son más graves. Es bueno prestar especial atención al squash y llevar lentes de protección. Con esto se evitan posibles contusiones del globo ocular, acompañadas de hemorragias en el interior del ojo, que se llaman hifemas.
Ciertos dolores están relacionados con la presencia de cuerpos extraños en el ojo. A la hora de un accidente de tiro, por ejemplo, sucede que un pequeño trozo de metal puede saltar sobre la diana y golpear en el ojo. Choques violentos también pueden ocasionar un desplazamiento del cristalino, o su opacificación.
En este caso hablamos de “catarata traumática”. Ciertos accidentes referidos en la literatura médica son gravísimos, como aquellos en los que el nervio óptico se ve dañado, provocando la ceguera total.
Los pequeños desgarros de la retina mal tratados, o no tratados del todo, pueden favorecer el paso de líquido en el interior de la membrana y provocar un desprendimiento, a veces incluso con varios días de retraso.
Cuando esto ocurra, la sintomatología es en general flagrante, con la aparición de un velo que se mueve en el interior del ojo. Luego, con cierta rapidez, el desprendimiento se extiende y provoca una disminución notable en la visión del ojo.