Revista Infancia

El culebrón - episodio III

Por Eldragon

Ahora que nuestros personajes tienen casa, y están bien instalados en nuestra calle,  nos centramos en desarrollarlos más como individuos. Esta actividad se llama "La Fiesta".
Asigna a un personaje por alumno. Repasar un poquito la 'historia colectiva' que se desarrollado hasta ahora para que todos lo tengan clara (quién vive donde y con quién). Cuéntales que uno de los vecinos va a dar una fiesta e invitar a todos los habitantes de la calle. Entre todos, se decide a cual de los personajes le pega más el papel de anfitrión - y fijar su razón por hacer la fiesta.
Cada alumno dispone de un tiempo para desarrollar más a su personaje, para pensar en los detalles de su vida - pero construyendo siempre sobre la base ya concretada en anteriores clases. ¿En qué trabajan, si es que lo hacen? ¿Qué hace en su tiempo libre? ¿Es social? ¿Tiene amigos? ¿Su vida ha sido dura? ¿O privilegiada?
Una vez que tienen los detalles claros, todos los vecinos acuden a la fiesta (el anfitrión se tiene que asegurar que todos se conocen y que nadie se queda solo o sin algo de beber, por ejemplo - como profesor, tienes la opción de ir añadiendo información extra a ciertos personajes (eres alcohólico, no comes carne, eres alérgico al huevo etc) para añadir un elemento de sorpresa a la actividad.
En la fiesta, el grupo se mezcla y intentan 'conocerse' mejor - intercambian información sobre sus vidas y preguntan cosas a los demás. Existe la posibilidad, como profesor, de incorporarse a la acción en algún momento, de llegar inesperadamente (y sin ser invitado) a la fiesta, como la oveja negra de la familia o un tío pesado, para añadir un poco de espontaneidad a la actividad.
Después de la fiesta, el grupo se reúne para resumir lo aprendido sobre este grupo de vecinos. Para hacerlo, se puede pedir a los personajes que se forman grupos o bien con los de su casa o unidad  familia o bien con un amigo o vecino próximo (el que vive en la casa de al lado, por ejemplo). Los grupos se turnan para improvisar una pequeña conversación donde comparten la información aprendida en la fiesta (sirve para consolidar la información nueva para todo el mundo).
Los que viven juntos pueden situarse en un contexto domestico y rutinario por ejemplo, desayunando la mañana después, o se puede buscar un contexto más imaginativo.
Si alguien vive solo... pues, a charlar con el vecino en el jardín.
Nos interesa que comparten no solo información tangible sino las sensaciones provocados por sus vecinos (si caen bien o mal y porqué, por decirlo de así). Pueden improvisar infinitas conversaciones con diferentes combinaciones de vecinos y en un multitud de contextos.

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