El culpable de todo

Para María Dolores de Cospedal, el acuerdo alcanzado por el gobierno con los agentes sociales en materia de pensiones es bueno pero inevitable porque actualmente hay 2 millones de personas menos cotizando y 4,7 millones de desempleados. Que los 7,6 millones de españoles con más de 65 años existentes en la actualidad pasen a ser 16,4 millones en 2050, o que los actuales 31 millones de personas en edad de trabajar se reduzcan a 29,3 millones dentro de 40 años no tiene nada que ver. Que la esperanza de vida de un jubilado haya aumentado, tampoco.
En España se han congelado las pensiones no contributivas durante el 2011, reducido el sueldo de los funcionarios en un 5%, subido en dos puntos el IVA, disminuido en 17.000 millones el presupuesto para infraestructuras y modificado la edad de jubilación y los años de cotización necesarios para cobrar el 100% de la pensión. De eso sí tiene la culpa el presidente del gobierno, porque gobernar es decidir, y en tiempos de crisis económica mundial todavía más. En Italia, Berlusconi ha congelado durante 3 años el sueldo de sus funcionarios, rebajado entre un 5% y un 10% el de los altos cargos, retrasado 6 meses el acceso de nuevos jubilados a las pensiones, o restringido las ayudas a la dependencia. En Francia, Sarkozy ha congelado el gasto público o aumentado la edad de jubilación (a los 62 años) y el tiempo de cotización (41 años). En Alemania, Merkel anunció el mayor ajuste llevado a cabo en su país desde la II Guerra Mundial: recortes en las ayudas a las familias, disminución del número de funcionarios, bajada de sus salarios... La reforma de las pensiones, en cambio, la realizó antes del estallido de la crisis: a partir del 2012 jubilación a los 67 años y con 42 años de cotización. ¿Qué diría una "Cospedal" alemana de esto?
Podríamos continuar con Portugal, Grecia, Irlanda o Reino Unido, pero sería una auténtica pérdida de tiempo. Para el PP la culpa de todo la tiene Zapatero. Hasta de lo que, inevitablemente, hace la derecha en el resto de Europa.