¡Eso, un brochazo necesitamos ya cada una de nosotras en la cara! ¡Que mira que estamos blancas! Se nos ha echado el calor encima y, del tirón, hemos pasado de las medias y los pantalones a las faldas cortas y bracitos al aire... Y como ninguna de las dos somos las típicas morenazas españolas, pues..., ahí vamos, casi transparentes, por las calles de nuestra tórrida ciudad. Al menos en el rostro podemos darnos con la brocha un toque de color, pero más "pabajo"..., nada..., que el astro rey no está hecho para nosotras. Nos falta melanina, ¡qué se le va a hacer.! Y por muchas horas de sol que tomáramos (que no es el caso, que no está el Lorenzo como para dejarse achicharrar), nunca llegamos a ponernos negras; algo rosadas, como mucho. Pues nada, a pincelazo limpio por la cara y, si acaso, una cremita autobronceadora por el cuerpo. Y las brochas, por la casa...
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Nosotras, de momento, sólo las tenemos en el taller... , y hoy se nos ocurre hacer esto con ellas. ¿Os gusta?