El curso se acaba, y la auxiliar de conversación que ha estado este año en el instituto, ha vuelto a su casa. Más de diez mil kilómetros, varias horas de vuelo y como poco una escala separan Atlanta de Extremadura. Inicialmente España atrae al visitante extranjero: jamón, buen vino y mucha fiesta. Pero poco a poco el mito del buen salvaje y del bon vivant comienza a tambalearse. De ella aprendimos que EEUU es algo más que un templo del consumo y una fábrica de marines, algo más que McDonals y Starbucks. Por sus quejas dedujimos que lo que para ellos es cotidiano, para nosotros es casi un lujo, que sus comunicaciones y sus accesos a Internet son un bien de primera necesidad y no un producto prohibitivo como en nuestro país. Que nuestras compañías de móviles, sin excepción, nos roban sin inmutarse y que las tarifas de telefonía fija son un timo.¿Qué distancia separa EEUU de España? Los 10.000 km físicos no son nada comparados con el retraso digital, casi un socavón, entre los países anclados en el inmovilismo y los que han comprendido no ya que Internet es el futuro, sino que, al menos, no hay futuro sin Internet. alfonsovazquez.com
ciberantropólogo