Algunos de los grupos de Facebook tienen denominacones claramente discriminatorias, racistas, xenófobas o incitadoras al odio: “Fumigar a los negros cabeza”, “Odio a los judíos”, “Odio a los bolitas que usan ropa trucha”, “Yo también odio a los pobres”, “Mataría a un villero si me dicen que nadie se entera”, o “3 razones para odiar a Romina Perrone” (la niña de 10 años que sufrió ciberbullying por una compañera de clase).
Este tipo de páginas se cuentan por cientos, sus seguidores y los mensajes que envían, por miles. El Inadi argentino señala que por semana recibe 45 denuncias de hechos discriminatorios a través de Internet; un informe de la Fundación Wiesenthal cuantifica en 10 mil los webs que incitan el odio.
Romina Perrone, estudiante de 10 años en un colegio del barrio bonaerense de Villa Urquiza, tuvo que sufrir que una compañera de clase Cleopatra Loyacono crease un grupo en Facebook dando razones para odiarla. Hoy suma cinco mil fans y no ha sido eliminada por Facebook pese a los esfuerzos de la madre de Romina.
“Llamé a la mamá de Cleopatra y lo que recibí fueron insultos. Intenté hacer la denuncia en la comisaría, me derivaron a la fiscalía y como no podían hacer nada, porque se trataba de una menor, me sugirieron el INADI. Nadie me respondió, por eso hice público el caso”, denuncia.
“Romi no durmió tres noches seguidas, todo esto le hizo muy mal. Se obsesionó tanto que tuve que eliminar su perfil. No entiendo como una nena de 10 años puede hacer tanto daño”, añade.
Claudio Morgado, director del INADI, anunció la creación de un Observatorio de Redes Sociales a raíz del caso Perrone y otras denuncias.
Según Morgado no pretenden censurar los contenidos de las redes socailes, pero que existe un límite a la libertad de expresión y es cuando se vulneran los derechos de otros ciudadanos, reconocidos en las leyes.
El ciberacoso puede involucrar o no un acto de discriminación, y por tanto el INADI valorará en cada caso si actuar o no.
El Observatorio se está reuniendo con los responsables de las plataformas locales y extranjeras con sede en el país: Facebook, Yahoo, Sónico, Taringa, etc. Están solicitando ser usuarios con privilegios especiales para monitorizar las páginas de estas comunidades virtuales donde se puedan vulnerar derechos, comunicando a sus seguidores cuál es la ley al respecto.
El psiquiatra Harry Campos Cervera, sostiene que las redes sociales presentan dos inconvenientes difíciles de contener: su gran capacidad de difusión de los mensajes, y la ausencia de modulación que sí está presente en las relaciones cara a cara y que reduce la agresividad mediante un factor emocional.
Para la psicóloga Beatriz Goldberg aunque tienen efectos positivos también afectan con los negativos a las personas más vulnerables como es el caso de los adolescentes.
Para María Zysman, psicopedagoga y especialista en bullying el error más común de las redes sociales es fomentar la competencia. “Por un lado tenemos un grupo ‘odio a los judíos’, pero por el otro está el de ’24 hs. para que cierren el grupo odio a los judíos’. Se debate una resistencia entre buenos y malos, a ver quien suma más adeptos. Los que piden que se cierre creen hacer la buena acción. Pero también están dentro del juego. Pero con una actitud más pasiva”.
Todos los especialistas coinciden en el diagnóstico: la educación y la conciencia social son los dos pilares para disminuir la violencia. Y alegan que el problema no es la herramienta, sino el mal uso y la falta de controles.
Una encuesta de Slonje y Smith, realizada en siete países -entre ellos EEUU, España, Colombia y Chile- dio como resultado que el 12,1% sufría ciberbullying.
Entre ellos el 22,4% de los varones usó el celular o la mensajería instantánea para perjudicar a otros, frente al 13,4% de las chicas. En cuanto a las víctimas eran el 19,25% de los chicos y el 13,8% de las chicas.
Según Juan Faerman, autor del libro Faceboom, “nazis hubo desde antes de que existiera Facebook. Y todos alguna vez nos sentimos mal porque se burlaron de nosotros en primaria. Aunque la virtualidad hace que ciertas conductas se pongan de relieve, sería hipócrita culpar a un web por ellas.” Para él la clave es que nos ocupemos de educar a los niños en valores.
Tomás O’Farrell, fundador de Sonico, explica que dicha red social cuenta con un equipo de moderación que monitorea los contenidos generados en ella, de manera manual o automatizada, con el fin de minimizar la información inapropiada. Estos moderadores reciben capacitación y aplicando además del sentido común la Ley 23.592 de Argentina y leyes similares de otros países. También los usuarios contribuyen a esta viligancia a través del botón “denunciar” o desde el Centro de Ayuda. Según afirma, este sistema de autorregulación funciona de una manera muy satisfactoria: los moderadores contactan directamente con el usuario responsable del contenido, tratando de explicarle las razones por las cuales tiene que eliminar esa información y, en el 50% de los casos, el usuario lo hace.
Fuente www.cyberbullying.com