La verdad es que no esperaba en absoluto que este libro me gustara tanto, pero lo hizo. Me enganchó desde el principio, presentando un mundo que yo consideraría distópico, aunque no se entiende (todavía, espero que lo expliquen en siguientes volúmenes, aunque al leer las sinopsis… no sé) el trasfondo, el porqué de su aparición.
En todo caso, en otras distopías tienes que esperar muchísimo a entender cómo funciona esta sociedad. Con El Dador no. Desde las primeras páginas vas empezando a comprender, no todo de golpe sino poco a poco. Está lleno de detalles de una Comunidad (así la llaman) sumida en el control más férreo, y vas descubriendo que no solo se trata de controlar el comportamiento o las familias, sino algo tan simple como las cosas que ven.Acompañas a Jonás, el protagonista, antes de recibir cuál será su misión en la vida (algo que, de nuevo, no elige él, sino que se lo imponen), y cuando la recibe verás su instrucción y su relación con el maestro.Es muy original y muy interesante, la verdad, y hasta los últimos capítulos me ha tenido enganchada que da gusto.Por desgracia entonces ha decaído brutalmente. Esos susodichos últimos capítulos han dado un bajón tremendo y me ha costado lo suyo mantenerme concentrada en las páginas. Ese final le ha restado bastantes puntos al libro, que me ha gustado mucho salvo por eso.No obstante, sigue siendo una muy buena historia situada en una muy buena idea.4. Recomendado