Recientemente ha surgido en Barcelona una polémica relacionada con el turismo, y me ha parecido interesante analizar las causas y el camino que se ha puesto en marcha para encontrar una vía de entendimiento y solución.
El doble filo del éxito turístico de Barcelona, indiscutible en lo económico, pero cuestionado por su impacto social y ambiental, se ha convertido en el último año en el eje de las discusiones sobre el modelo de ciudad. Desde la convivencia hasta el comercio y el riesgo de saturación, con voces múltiples y muchos frentes abiertos. Tantos, que poco antes de las elecciones municipales, el alcalde Xavier Trias decidió abrir un gran debate ciudadano sobre el rumbo turístico que debe tomar la ciudad, con un formato tan rotundo como es una audiencia pública abierta a toda la ciudadanía.
Este tipo de mecanismo de participación ciudadana centrado en un tema de actualidad, peliagudo y de interés general, no es habitual. La proximidad de las elecciones invitaba a pensar en posponer la medida, planteada con insistencia por la Federación de Asociaciones de Vecinos, los sindicatos CCOO y UGT, el Consejo de Juventud y Ecologistas en Acción, tras un verano caliente de protestas en Ciutat Vella. Pero el alcalde ha preferido tratar de encarrilar un nuevo rumbo, ante el riesgo de que el turismo se convirtiera en arma arrojadiza y recurrente cara a los comicios de mayo. La ruidosa manifestación de vecinos del centro contra la masificación turística de hace días, ha sido una nueva señal. En la audiencia, cuyos últimos detalles están aún por definir, todo ciudadano que lo desee podrá dirigirse a los responsables políticos para exponerles cara a cara cómo es su convivencia con el turismo, y, lo más importante, obtener una respuesta. Se intenta revertir la mala imagen del viajero incívico y de la saturación que vive el centro de la ciudad, y para eso no sólo se han iniciado tímidos planes de desconcentración, sino que el alcalde ha anunciado un gran pacto local y transversal para promover el turismo responsable.
Al debate están “invitados” todos los actores (asociaciones de vecinos, hoteleros, comerciantes, sindicatos, guías turísticos, grupos políticos, expertos… ), para elaborar un documento que servirá de base para el plan estratégico de turismo de la ciudad 2015-2020. La primera cita, celebrada hace días pretendió analizar las tendencias del turismo en la ciudad, y en los próximos días tendrán lugar dos encuentros más, en los que se mirará de consensuar una serie de propuestas para encajar el turismo en la ciudad.
Una propuesta “democrática” que me ha apetecido compartir con mis paisanos. Creo que es una fórmula realmente interesante para formular las vías de entendimiento, en busca de un consenso aceptado por todas las partes…
Cuaderno de Juan M Macho Molinero
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