Martin Schulz, presidente del Parlamento, no tiene garantizado el apoyo de todos los socialistas.
El pasado martes, Martin Schulz, presidente de la Eurocámara, decidía, tras haber recibido más de 200 enmiendas, posponer la votación de las recomendaciones de los eurodiputados a la Comisión Europea (CE) para la negociación del tratado comercial entre la UE y EEUU, conocido como TTIP.
El reglamento prevé que, si se introducen más de 50 enmiendas, el presidente del Europarlamento puede decidir devolver el texto a la comisión parlamentaria correspondiente para buscar un texto con mayor consenso entre los grupos. La izquierda europea, los ecologistas y elementos euroescépticos desperdigados por los 751 escaños del Parlamento Europeo, estuvieron a punto de cosechar una victoria inesperada, gracias a la fuerte división de los socialistas europeos del grupo S&D (Socialistas y Demócratas). El cisma pudo perfectamente tumbar el informe sobre el polémico tratado de libre comercio con EEUU, que iba a ser presentado por el socialdemócrata alemán Bernd Lange, a la sazón presidente de la comisión parlamentaria de Comercio Internacional (Inta). Cierto que el Parlamento solo puede emitir una opinión y es al final del proceso (cuya fecha se desconoce) cuando podrá aceptar o rechazar el tratado. Pero un hemiciclo incapaz de sacar adelante un informe habría supuesto un golpe mortal contra el TTIP. Por eso el voto se ha pospuesto y el informe ha sido reenviado para que los socialistas negocien un poco más con la otra gran familia, el Partido Popular Europeo (PPE).Los grupos de la Izquierda Unitaria europea, donde se integran Podemos e IU, y los Verdes europeos se mostraron abiertamente en contra al considerar que significaba un ataque frontal a los derechos laborales, sociales y medioambientales en la Unión Europea. También hubo polémica en el grupo socialdemócrata y entre los liberales. El pleno de la Eurocámara pospuso el debate sobre el tratado comercial con EEUU por 181 votos a favor, 183 en contra y 37 abstenciones. Previo al voto sobre el aplazamiento del debate, tuvo lugar una discusión encendida sobre la decisión de posponer el voto, muy criticada por algunos eurodiputados como la líder de la GUE/NGL, Gabi Zimmer.
Asimismo, Marcellesi, portavoz de Los Verdes-Equo en el parlamento, sostuvo que “la decisión de aplazar el debate revelaba hasta qué punto la oposición a las negociaciones UE-Estados Unidos ha crecido en el Parlamento Europeo”, y agregó que este cambio “es el resultado de lapresión pública y la movilización crecientecontra TTIP en todos los estados miembros de la UE”. Desde Equo aseguraron que a la Gran Coalición le ha entrado “pánico” con el El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones. La división interna entre el grupo socialdemócrata había puesto en peligro que la resolución fuera aprobada, confirman fuentes de ese grupo, el segundo más importante en número de escaños.La versión oficial es que había demasiadas enmiendas que votar, eran complejas y no iban a tener tiempo. El socialista Schulz pospuso la votación sin dar una fecha alternativa, a pesar de que sólo queda otro pleno en julio, antes del parón estival, y de que la votación de este informe es uno de los acontecimientos que han levantado una mayor expectación en esta legislatura. Para la Izquierda Unitaria Europea y para Los Verdes, la decisión de Schulz no obedece al alto número de enmiendas presentadas o a su complejidad, que ya eran conocidas hace casi 10 días, sino que representa un intento de la gran coalición por ocultar su falta de consenso, y una forma de ganar tiempo para cerrar filas en la votación final. “Parece que a algunos les gusta la democracia cuando ganan ellos”, criticó Pablo Iglesias minutos después de conocer el aplazamiento. Junto a Iglesias, comparecieron las europarlamentarias Lola Sánchez y Marina Albiol, (Podemos e IU, respectivamente) y esta última aseguraba que la gran coalición “tiene miedo. Están utilizando las armas del parlamento de una manera absolutamente torticera cuando han visto que su informe está en peligro porque cada día está aumentando la oposición a este tratado”. Albiol alertó a Schulz sobre la brecha que ya se está abriendo y que la resistencia al tratado va a ir en aumento. “Desde Izquierda Unida y desde el GUE/NGL –dijo–, vamos a seguir peleando para que este tratado no vea la luz”. .