James Holmes, autor de la masacre de Aurora, Estados Unidos
James Holmes no parece encajar en el perfil criminal asociado al asesino en serie en potencia. Era estudiante de doctorado, Estadounidense de nacimiento, sin antecedentes criminales. Sin embargo todo indica que fue el encargado de asesinar a más de 12 personas en una función cinematográfica. El móvil de la masacre sigue por determinarse.
Sin embargo poseía armas e incluso su casa estaba plagada de explosivos con los que al parecer, pretendía destruir su departamento y el condominió donde vivía.
Todo apunta en una dirección, Holmes sufría problemas mentales graves. Admirador del también asesino en serie Ted Kaczynski, llevaba planeando lo que se convirtió en la masacre de Aurora, Estados Unidos, cuando durante la premier de la última película de la saga de Batman, Holmes disparó contra el público que esperaba entrar a la función.
La historia se repite una y otra vez sólo cambiando los nombres de las víctimas y los victimarios en una sociedad enferma y defensora a rabiar de la libre posesión de armas como lo señaló hace más de 11 años el cineasta Michael Moore en su documental ganador del Oscar Bowling for Columbine quien ha manifestado su consternación ante los trágicos acontecimientos que han teñido de sangre a su país una vez más
Pero aún ante esta cruda realidad, ni el candidato Barack Obama aspirante a la reelección por el Partido Demócrata ni el Republicano Mitt Romney se han atrevido a dar una respuesta contundente ante esta problemática ya que ambos temen a la reacción de la Asociación Nacional del rifle, una de las más poderosas organizaciones en los Estados Unidos con una clara agenda en contra de toda restricción a la posesión de armas en el país del Norte.
Lo más cercano a una respuesta a la altura de la situación ha sido la del presidente Barack Obama quien ante la presión de sus partidarios ha asegurado que deben haber más restricciones al porte de armas en su país aunque sin entrar en detalles sobre qué tipo de restricciones deben implementarse.
¿La pregunta lógica es: cuántas masacres más deben ocurrir para que los políticos tomen las acciones correctas e impidan el acceso a las armas por el bien del pueblo aún cuando tengan que enfrentar la presión de la industria armamentística?