Si hay un deber elemental y primario para el M.:, ése es el deber de guardar Asistencia continua y regular a las TTen.:.
Desde el primer día en que se entra a la Ord.: a través de la Inic.:, o incluso antes cuanto se aceptó ingresar, debe cada uno establecer una disciplina de Asistencia, y si de ésto no se toma conciencia más vale no entrar o abandonar la Ob.:, porque a la Mas.: no le interesa el número sino la participación activa de sus MMiemb.:. El día de reunión de la Log.: se tornará incompatible con cualquier causa de impedimento personal o Prof.. a menos que motivos realmente graves hagan imposible desde todo punto de vista la concurrencia. El Pad.: insistirá al Ap.: y Comp.: ahijado y vigilará su Asistencia, aunque después del Sil.: es la segunda obligación del Mand.: Bl.., y por supuesto el Pad.: dará ejemplo en los hechos. Cuando uno ya es Maest.: recordamos que se fue exaltado en el entendido que se asumió ya la presencia a las reuniones como una necesidad y obligación, y la Asistencia es la mínima enseñanza que un Maest.: podría dar a un Ap.: o Comp.:.
En los primeros GGr.: la Asistencia proporciona un índice que determinará el merecimiento para el Aumento de Salario dado que hace suponer que durante la concurrencia se aprendió y asimiló las IInst.: necesarias mínimas, que sólo se obtienen a través de la presencia reiterada.
La Concurrencia no sólo demuestra que un Mand.: Bl.: ha tenido la perseverancia suficiente e interés para pasar de Gr.: sino que es el filtro que permite decantar y separar a aquellos que poseen un compromiso tibio con la Mas.:. Incluso diríamos que un Ap.: o un Comp.: puede dar lecciones a un Maest.: omiso con su sóla Asistencia. ¡Infelices los TTall.: que aumentan el Sal.: a un H.: inasistente con la esperanza de que sienta estimulado a venir, porque en vano lograrán, conforme lo demuestra la realidad y habiendo perdido esfuerzos y tiempo, su propósito!
Quien inasiste a los TTrab.:, aparte de denotar una desconsideración con sus HH.: sumidos en la preocupación y frustración por sentir no poder habido transmitir todo su ardor en el H.: descuidado, resta esfuerzos y aportes positivos a la Log.:, quien tiene que perder energías apuntalando la concurrencia para fortalecerse, y puede llegar a comprometer la estabilidad de las CCol.:. Nada demuestra más el empuje de un grupo o el entusiasmo de sus miembros que la presencia regular y constante de sus adeptos porque revela interés, solidaridad y disponibilidad en la causa que los une y a su vez les permite crecer juntos, invita a incorporar nuevos elementos humanos y motiva la permanencia de los recién ingresados.
Se ha dicho que circunstancias externas como las preocupaciones personales, la problemática económica, la falta de interés por ocuparse de actividades no redituables materialmente o la "chatura" de la idiosincrasia del medio conspiran contra la Asistencia a las TTen.:. Nada mejor que despreciar esa afirmación, tan manida que parece esloganaria, con el ejemplo de HH.: tan atareados o complicados en su vida que a pesar de ello se permiten un tiempo para venir a Trabajar y es más, logran aquí una distracción y amortiguan sus problemas recordando también su compromiso con lo Trascendental.
Reunirse con los HH.: cuando se los siente como tales o se los aprecia realmente debería ser el primer motor de nuestra Asistencia.
Estar con un grupo de amigos como el que pretendemos ser, donde nos sostenemos espiritualmente intercambiando vivencias y donde aliviamos el dolor de nuestras tribulaciones ya sería suficiente motivo para reunirse. No falta quien dice sentirse desestimulado porque se ha cansado de asistir a las Log.: y no ha encontrado algo de interés o porque simplemente considera que "no pasa nada" y se prefiere dedicarse a otras ocupaciones "más importantes". Estos pretextos, que revelan mucha pasividad y desconocimiento por los propósitos e la Ord.: y los esfuerzos de los HH.:, revela una actitud mezquina y que priva de aportes a los Camaradas, que se sentirían tan reconfortados con una presencia silenciosa de cada Miembro, que ya bastante ofrece. Antes de preguntarnos qué puede darnos la Ob.:, preguntemos qué deberíamos darle. Hay que reconocer, no obstante, que la inasistencia puede ser la consecuencia de que las LLuc.: no están dando la orientación debida a los TTrab.:, pero sería bueno la concurrencia de los HH.: para explicar cuáles son las falencias y para aunar fuerzas en corregirlas. Algunos HH.: omisos se escudan tras sus problemas u ocupaciones PProf.: y personales, que pueden ser muy entendibles o incluso valiosos (hay quienes hacen una verdadera " Masonería sobre la Tierra", pero el Trab.: masónico no es sólo afuera sino adentro de los TTemp.. Si estas situaciones ya existían antes de ingresar a la Mas.: debían haber ayudado a calibrar la conveniencia de la entrada. Pero ¿por qué no intentar igual venir a las TTen.:? ¡Cuánto puede hacer el Tall.: por todo ello, tanto para ayudar al H.: atribulado aunque fuere con sólo escucharlo, como también para asistirlo en su tarea?
En la Mas.: no sólo se aprende y se recibe sino que también se enseña y se da a los demás; nadie es tan encumbrado o autovalente como para no necesitar nada. ¿Podríamos abandonar a HH.: que nos necesitan y nos esperan con ansiedad, semana a semana? ¿Por qué restarle brillo a los TTrab.: con nuestra ausencia?
Asistir regular y constantamente a la Log.: no sólo es un deber moral del Mas.: sino un deber estatutario establecido en normas de la Mas.: y RReg.: de los TTall.:.
Todo M.: está obligado a asistir con regularidad a los TTrab.: MMas.:, cuya omisión incluso lo hace pasible de falta que lo expone a perder el carácter de M.: previo juicio masónico o a ser suspendido en sus derechos (Landmark No. XII y arts. 24 lit. j, 25 lit. f y 26 lit. c, 52 lits. e y h más arts. 140 a 144 de la Constitución de la Gr.: Log.: de la Mas.: del Uruguay).
QQ.: HH.:: Asistir a la Log.: con frecuencia y continuidad no es sólo un deber moral y normativo sino también conveniente para nuestra salud o progreso espiritual de los HH.: y de la Ob.:. La Mas.: ocupa un lugar muy importante para quienes la queremos y ésta nos exige la mayor dedicación posible, y así la Concurrencia es por lo menos lo mínimo que todos, por igual y sin distinciones, podemos entregar salvo causas de verdadera fuerza mayor. Una Log.: repleta adquiere dinamismo, entusiasmo y da sentido a nuesro Trab.:, tan importante como razón de ser y logro de todo M.:.
Anónimo, Visto en Masones en Lengua Española