El Declive De La Biodiversidad Amenaza Nuestra Superviviencia

Nuestros ancestros fueron nómadas. Deambulaban de un lado para otro cazando y recolectando, aprovechando cualquier recurso que le ofreciera la madre naturaleza.

“Ganarás tu substento con el sudor de tu frente”

Observando y ensayando nuestros antepasados aprendieron a manipular los recursos naturales para obtener de ellos el mayor rendimiento posible, y así, de paso, establecerse en un lugar fijo, domesticando y transformando los animales y plantas en pequeñas fábricas de alimentos.

Un paso importante que dio lugar al desarrollo de la agricultura y de la ganadería, y, por ende, al desarrollo comunitario, cultural y a las diferentes civilizaciones. Todo parecía ir sobre ruedas.

Tierras cultivables, aperos de labranza, animales de carga, huertos, selección de especies animales y vegetales más productivas, abonos, fertilizantes, granjas, estabulaciones, barcos y artes de pesca.

Explotación de aguas subterráneas para los regadíos, acumulación de agua en presas y embalses para el abastecimiento, piscifactorias y desaladoras de agua marina.

Maquinaria agrícola, industria para la conservación de los alimentos, una red de transporte y distribución de mercancias, mercados mayoristas y comercios minoristas… y de los estantes a nuestras despensas y frigoríficos.

Todo un engranaje bien controlado que nos da confianza y seguridad. Pero, siguiendo la Ley de Murphy, todo lo que está bajo control, tarde o temprano acaba fallando por algún lado.

Peligra nuestra subsistencia

Ahora la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, nos advierte de que la biodiversidad está en declive, y amenaza nuestra subsistencia.

Cuando la FAO habla de “biodiversidad”, lo hace en términos de producción. Pero, no sólo de la alimentación, sino de todos aquellos recursos naturales que la hacen posible: animales, plantas, microorganismos, algas marinas, insectos polinizadores, lombrices de tierra, hongos y setas, entre otros, que hacen los suelos más fértiles, descontaminan el aire y limpian las aguas, tanto dulces como marinas.

¿Y cuál es el problema?

Según la FAO, tan sólo 200 especies de la 6.000 posibles son las que aprovechamos, y más de la mitad de la producción la obtenemos de 9 especies. En cuanto a los animales, de las 40 especies posibles sólo aprovechamos unas pocas para obtener nuestros productos cárnicos, lácteos y huevos.

Nuestra voracidad es mayor que el período de crecimiento de animales y plantas. Además de factores como la sobrexplotación de los recursos naturales, de los cultivos, la contaminación de suelos, agua y aire, la presión sobre el medioambiente y la aceleración del cambio climático por las actividades humanas, que también afectan de forma negativa a la biodiversidad de especies animales y plantas silvestres, y que indirectamente influyen en la producción de alimentos.

A esto debemos añadir,además, el rápido aumento de la población mundial y de la urbanización. Para 2050 se prevé que haya aumentado hasta casi 10.000 millones de habitantes, y que uno de cada dos vivamos en las ciudades.

¿Qué podemos hacer?

Si queremos seguir teniéndolo tan fácil como ir al supermercado a hacer la compra, y llenar nuestra despensa con lo que necesitemos, la FAO recomienda que para ayudar elijamos aquellos alimentos que garanticen una producción sostenible, y desechemos las que no. El futuro de nuestra subsistencia depende de nuestra elección, de cómo aprovechemos nuestros recursos y salvaguardemos el medio ambiente.