Revista Sociedad

El Dedo de Mou....por Miguel Baquero.

Publicado el 07 septiembre 2011 por An_tonio
 Vaya por delante que las repetitivas tanganas (ya no sé si se acentúa o no) con que suelen terminar los Madrid-Barça y la famosa escena de Mou metiendo el dedo en el ojo a Tito ante la implacable mirada de un familiar de Chuck Norris (que, gracias a todo ello, se ha hecho merecedor de una justa fama)… todas esas escenitas, estaba diciendo, y desbarres del portugués cierto es que dañan la imagen del club blanco. Eso por descontado y sería inútil disculparlo, por más que desde el banquillo contrario se profirieran gritos e insultos (que tampoco está muy demostrado que sucediera, en honor a la verdad).
Dicho eso de arriba, me extraña, sin embargo, la preocupación que de pronto le ha entrado a todo el mundo por la imagen del Madrid y por el modo en que puede verse dañada por esto. Periodistas que por sistema utilizan el insulto y la befa contra los merengues de pronto se palpan las ropas y ahogan un grito de novicia por el daño al prestigio merengue; espectadores que abuchean a los blancos según saltan al campo y que desde el minuto 2 corean el “así gana el Madrid” ahora de repente observan con preocupación y prontos a la escandalera los gestos del portugués; aficionados que apedrean el autobús de los vikingos con inigualable puntería hete aquí que se atribulan, y mucho, por su señorío perdido.
El Dedo de Mou....por Miguel Baquero.¡Cuánta hipocresía hay en todo esto! Cuanta corrección política y tonta. Como cuando, por ejemplo, el periodismo deportivo se lamenta por el mal ejemplo que todo ese tanganismo supone para los espectadores jóvenes, para los niños que están contemplando las imágenes. ¡Como si en las gradas hasta entonces la gente se hubiera dedicado a planear acciones benéficas y programas de ayuda humanitaria mientras rodaba el balón! No creo que haga falta recordar todo lo que ha ocurrido y seguramente ocurrirá en nuestros campos de Primera División: gritos de “muérete” para Pepito o Fulanito, cuchillos que vuelan en dirección al portero, botellas de JB, cabezas de cochinillo, asientos y bengalas que llueven en los corners, jugadores que pisan a linieres, linieres que pisan a jugadores, rayos láser buscando la pupila del contrario, presidentes que se lían a mamporros en la puerta de la federación, “pisalo” que recomendaban algunos entrenadores… De todo esto se ha compuesto también, a lo largo de los años, la Liga de las Estrellas.
Por supuesto que el hecho de que se trate de algo generalizado no justifica la acción macarra y cobarde del portugués. Está muy fea, eso es impepinable, pero tampoco exageremos en nuestros aspavientos de inocente heridos o ingenuos escandalizados. Porque lo que verdaderamente ofende es todo ese ejercicio de fariseísmo.A lo que voy con todo esto es a que Mourinho tiene que pedir perdón, como lo ha hecho, al madridismo, a los madridistas, muchos de los cuales seguramente no se lo perdonarán de ningún modo (como es cierto que muchos madridistas nunca le perdonarán, le perdonaremos, a Pepe ese arrebato contra el Getafe). Al madridismo y al tal Tito como se llame, y si acaso también al empleado de bigote frente a cuyos asombrados ojos sucedió la escena. Pero a nadie más. Nada, por supuesto, de al fútbol español, a la juventud en general, o al mundo del deporte. Tampoco hay que pasarse.
Escrito por Miguel Baquero para Abracadabra

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