Me da pena que su espacio como hijo pequeño haya sido tan breve, que "su momento estelar" haya durado tan poco. Él sí es el verdadero príncipe destronado de la casa. Tenía dos años y medio cuando nació "mi pequeña loca", y ahí, en un momento, se hizo mayor. Unos meses antes le "motivamos" para dejar carro, chupete, pañal....a veces creo que le obligamos a crecer antes de tiempo. Y me hace sentirme un poco culpable.Tan flaquito, tan rubio, tan sonriente, tan mimoso, tan caradura.....jajajajajaja. En cuanto pienso en esta faceta, la pena y la lagrimilla se transforman en orgullo y satisfacción. Porque él "es asín". Es tan fuerte, a pesar de su aparente fragilidad, que sé que me va a dar más quebraderos de cabeza que ninguno. Es él el que hace experimentos a solas, en silencio, y juega con lo primero que se encuentra (aunque ello suponga acudir a urgencias a que le quiten una pieza de Lego de la nariz). Es él, el del medio, el que ronronea como un gato, ronca como un oso, y cuando no quiere cenar más se inventa juegos para entretenerme y camelarme, el último el de "venga, mamá, sortea un beso que ya sabes que me encantan....." Es el mismo al que tengo que sobornar cuando ya no se me ocurre nada más para que vaya al baño y (sorry) haga cacas...se vende por un euro. Es él, el que parecía un vagoneta porque no quería aprender a leer pero ahora lo hace con soltura.Es él quien me está enseñando que cada hijo es un mundo, que son pequeñas personas con personalidad propia, con su carácter. Que cada uno es diferente y no tienen nada que ver entre ellos, a pesar de que su entorno y su genética sean comunes. Es el mío, el del medio, el que se encarga de hacerme reír y desesperarme. Me enseña que no existe el aburrimiento y que dos pinzas de la ropa pueden ser dos caballos, una pistola, dos cuchillos, o una nave espacial. Y hace que no olvide que no existe el rencor. Dos son compañía, es cierto. El del medio, dependiendo del momento, se adapta perfectamente a juegos del mayor (es genial jugar al FIFA 15 con su hermano) lo mismo que en un minuto es el papá de la familia de los nenucos, o el alumno de la profe (la pequeña loca) que se pasa el día castigado. Le caen por todas partes: la pequeña le pega tirones de pelo en su imaginaria "pelucaría" o el mayor le hace repetir jugadas de Cristiano Ronaldo en bucle....pero él siempre les perdona. Chilla, llora, patalea, y al momento tan amigos. Sin rencores.Se está haciendo mayor, dentro de poco dejará de ser mi bebé grande. Pero mientras tanto, me aprovecho y hago como que no soy consciente de esa engañifa del concurso de besos.... 
