[El Delorean] La máscara

La máscara es una película que dirige Chuck Russell en 1994 y que terminó por catapultar a la fama a su actor protagonista, que venía de hacer en ese mismo año Dos tontos muy tontos (este año se estrena la secuela y hay una precuela con otros actores) y Ace Ventura, un detective diferente; cómo no, hablamos de Jim Carrey. A partir de ahí, tras Ace Ventura: Operación África y Batman Forever, se convierte en el actor mejor pagado de Hollywood con la más que lamentable Un loco a domicilio, dirigida por Ben Stiller y coprotagonizada por Matthew Broderick.

Stanley Ipkiss es un empleado de banca al que constantemente toman el pelo. Tina Carlyle (Cameron Díaz) aparece en el banco donde trabaja Ipkiss para solicitar un préstamo. Las intenciones de Tina van más allá de sus operaciones bancarias, pues quiere fotografiar la caja fuerte del banco. Tina es la chica de Dorian Tyrell (Peter Greene), un delincuente que regenta el night-club Coco Bongo y que desea expandir su imperio para desbancar al rey del crimen de la ciudad de Edge City, Niko. Charlie, el amigo de Ipkiss, le consigue unas entradas para ir al Coco Bongo pero no logra entrar y se queda fuera. Tras acabar un día más de la peor manera posible y hecho un desastre, encuentra una misteriosa máscara en el puerto de la ciudad, llevándosela a casa, poniéndosela y descubriendo que así adquiere una serie de poderes propios de los dibujos animados. La máscara permite a Ipkiss sacar el lado más reprimido de su personalidad y hacer que se comporte tal y como a él le gustaría ser.

La máscara nos daba a conocer a la atractiva Cameron Diaz, que nunca ha lucido tan espectacular y sensual en la gran pantalla. Aunque tanto a Jim Carrey como a Cameron Diaz se les conoce por las comedias que han protagonizado, también muestran una gran versatilidad en los dramas. Sin ir más lejos, él ha contado más con el favor de la crítica por películas como El show de Truman (Una vida en directo), Man on the Moon o The Majestic. Por su parte, ella nos regaló dos magníficas interpretaciones en Cosas que diría con solo mirarla y en La decisión de Anne. Aún así, precisamente por películas como La Máscara, Dos Tontos muy tontos y Ace Ventura, Jim Carrey es denostado por la cantidad innumerable de muecas de las que hace gala y que, cierto es, pueden llegar a cansar un poco. Mi opinión es que, al menos, en La máscara sí que me parece que su capacidad gesticular está justificada. En un primer momento, para el papel de Ipkiss se barajaron los nombres de Martin Short y Rick Moranis, siendo rechazados por Richardson; y fue la sugerencia de Mike Deluca, productor ejecutivo de la cinta, la que terminaría convirtiendo a Carrey en lo que hoy es.

Es la adaptación de un cómic, obra de Mike Richardson para Dark Horse Comics. Posteriormente, a través de su productora cinematográfica Dark Horse Entertainment, la cual se funda en 1992, lanza el filme que nos ocupa y que está coproducido por New Line Cinema. Originariamente, la película había sido concebida como una cinta que mezclara el humor con el terror, pero parece ser que el primer guion contenía tantas escenas sangrientas que acabó siendo una comedia en toda regla. A diferencia del cómic, en el que se dice que la máscara es originaria de los indios, en la película se comenta que es de los países nórdicos. Debido a su éxito, en 1995 se pondría en marcha una serie animada que tuvo una duración de tres temporadas. Curiosamente, en ella no aparecía el personaje de Tina, que Cameron Diaz hizo para la película. Hablando de dibujos animados, cuando se pone la máscara, Stanley Ipkiss adopta las maneras de algunos personajes de dibujos animados como Bugs Bunny, el Pato Lucas, el Correcaminos o el Demonio de Tasmania. Otras dos películas de Jim Carrey dieron el salto a la animación: Ace Ventura y Dos tontos muy tontos. Además, en dos capítulos podemos ver un crossover entre Stanley Ipkiss/La Máscara y Ace Ventura.

Fue una producción de bajo coste (alrededor de los 20 millones de dólares) que cosechó un tremendo éxito de taquilla en todo el mundo (350 millones de dólares de recaudación), estando nominada a los Oscar por los efectos visuales (creados por la Industrial Light & Magic ILM), quizá lo más destacado del filme, y Jim Carrey a Mejor Actor de Comedia en los Globos de Oro; no obstante, en ambas ocasiones la que se alzaría con la victoria fue Forrest Gump. Sí que ganaría el premio a los efectos especiales en el Festival de Sitges. Por cierto que Carrey confesó una vez que se había inspirado en la figura de su padre para interpretar a su personaje. Y yo pregunto ¿tan payaso era el padre? Jaj.

Chuck Russell tenía en mente rodar una secuela que nunca vería la luz por la negativa de Jim Carrey a aparecer en ella. En su lugar, en 2005, El hijo de la máscara pretendía ser esa secuela pero sin ninguno de los actores de la original, así que el fracaso estaba más que garantizado. Mala a más no poder, fue nominada a ocho premios Razzies y la ganadora en la categoría de Peor remake o secuela. Randy Edelman es el compositor de la BSO de ambas. En esta primera, gestiona magistralmente los momentos cómicos con los dramáticos, con toques de música latina que hace que sea muy bailable.

A destacar, el estupendo trabajo de doblaje al castellano, sobre todo por parte de Luis Posada haciendo de Jim Carrey. Eso sí, hay que tener mucho cuidado porque os podéis encontrar la película con uno muy distinto, que no es el original y eso hace que pierda muchos enteros, por no decir que prácticamente todos.

El lema de la película es que ‘Todos llevamos una máscara’, la eterna lucha entre lo que somos en realidad y lo que nos gustaría ser; la moraleja: mejor ser uno mismo, que a lo mejor hasta resulta que no eres tan simple como creías. Si no la habéis visto a estas alturas, cosa que me extrañaría, estáis tardando en hacerlo porque es una película absolutamente: ¡CHISPEANTE!