Revista Cine
No me canso de admirar la obra de Kihachiro Kawamoto.
Este director japonés, nacido en 1925 y fallecido a la edad de 85 años en 2010 (curiosamente el día anterior a que nos dejase el no menos genial Satoshi Kon) dedicó toda su carrera a la técnica del stop - motion, trabajando con un mimo y un nivel de preciosismo que asusta.
En las creaciones de Kawamoto se puede apreciar la más que notable influencia del Kabuki, el Noh, y especialmente del Bunraku, el teatro de marionetas tradiconal japonés. Y es que es verdaderamente sorprendente cómo este maestro de la animación es capaz de conseguir que sus personajes transmitan tanto, habida cuenta de que se trata de figuras de rostro inmutable (los movimientos de las cabezas y la luz son fundamentales en este vetusto arte).
Tomáos unos pocos minutos para apreciar Oni (El Demonio), esta joya rodada en 1972.
Pura poesía que hará las delicias de los amantes de la animación, y en especial de los aficionados a la cultura tradicional japonesa.
El Demonio de Kihachiro Kawamoto no merece menos de 10 legendarios wasabis.