Revista Cine
Título original: The Dentist
Año: 1996
Duración: 92 min.
País: Estados Unidos
Director: Brian Yuzna
Guión: Stuart Gordon, Dennis Paoli, Charles Finch
Música: Alan Howarth
Fotografía: Levie Isaacks
Reparto: Corbin Bernsen, Linda Hoffman, Michael Stadvek, Ken Foree, Molly Hagan, Jon Hoag, Mark Ruffalo, Brian Yuzna
Todo género de cine tiene su criptonita, su punto fuerte, y en el caso del terror, sin duda, es reflejar los miedos añadiendo la imaginación del ser humano ante lo peligroso o desconocido, viendo en la pantalla representadas sus pesadillas, como por ejemplo el pánico que sentimos al sentarnos en la silla reclinable de nuestro querido dentista.
A lo largo de la historia en la literatura, al igual que en el cine, se crearon monstruos, hombres lobo, personajes imaginarios, espíritus, e incluso simpaticones zombis. Todos ellos criaturas que durante mucho tiempo llegaron a generar el pánico entre lectores y cinéfilos. Sin olvidar las apariciones de estos personajes en los sueños de muchos niños y probablemente en algunos adultos, aunque estos no salieran corriendo para esconderse en la cama de sus padres. Pero no logro entender como no fue hasta el año 96 que nadie reparar en un dentista por lo escalofriante que resulta.
En este film será inevitable retorcernos en nuestra butaca cuando el respetado doctor Feinstone sufra un trauma causado por su mujer, y termine por arrancar, taladrar y perforar los dientes de sus pacientes a su antojo y sin miramientos.
Con unos personajes poco carismáticos y una ambientación más propia de una película para adultos de los años ochenta, acaba logrando que los espectadores teman por sus dientes en nombradas ocasiones, cumpliendo con su cometido.
“El Dentista” es una película que sin despuntar en ningún aspecto concreto, logra transmitir verdadero miedo, y que a día de hoy, mucha gente que habiéndola visto en una sola ocasión, prefieren no volver a verla por la angustia y desesperación que sintieron. Posiblemente mucha gente no llegará a terminarla nunca porque les sobresalta la sensación de dolor y pánico. Hay partes de nuestro cuerpo que son sagradas y los dientes son una de ellas.
La película Sufrió una precuela, y digo sufrió porque resultó muy desafortunada en cuanto al éxito comercial y en las criticas en general del público. El director Brian Yuzna no se planteó rodar una tercera parte.
Desde mi opinión personal es una obra que para los aficionados del género es casi obligatorio verla, porque sin ser de un alto nivel, el tema que trata y los momentos de terror que genera harán las delicias del espectador.
Como recomendación les diré que si tienen que ir al dentista no la vean antes y una vez visionada, jamás volveréis a ver a un dentista con los mismos ojos.
Recordar, cepillaros los dientes tres veces al día y no comer dulces.
Firma: Gerard FM.