El desafío

“No es el desafío el que define quienes somos ni qué somos capaces de ser, sino como afrontamos a ese desafío: podemos prender fuego a las ruinas o construir un camino, a través de ellas, paso a paso hacia la libertad.” Richard Bach
Si pensáramos que ya todo está perdido. Si terminásemos convenciéndonos de que cualquier esfuerzo realizado ya no vale la pena. Si creyésemos en realidad que deberíamos darnos por vencidos. Si en lo más profundo de nuestro ser no hubiese una voz (como Pepito Grillo) que se repitiese dándonos aliento e invitándonos a no arrojar la toalla. Si no nos acostásemos cada día pensando que mañana será mejor… Entonces sería el final…….
El naufragado en alta mar sigue luchando contra el agua y las corrientes hasta el último momento. Sabe que se encuentra a demasiadas millas de tierra como para que exista alguna posibilidad de alcanzar la costa, pero en ningún momento se deja a merced de la fuerza marina. En una maratón muchos de los corredores saben de antemano que no llegarán en primer lugar, pero no por ello dejan de participar ni de esforzarse en la carrera.
A diario conocemos historias conmovedoras. Sucesos emotivos que nos llegan muy adentro. Algunas son historias de lucha ante la adversidad. Vidas que se desarrollan en medio de un conjunto de fatalidades, pero a pesar de las cuales el protagonista intenta destacar y superarse. Nos fijamos en ellas con admiración y las ponemos de ejemplo; sin darnos cuenta que esas vidas podían ser la nuestra. Que no son tan diferentes esas historias. Que la nuestra también podría servir de ejemplo a otros si la hiciésemos meritoria de ello, si afrontásemos las dificultades con la debida disposición
Pero con el tiempo uno aprende que no es cierto eso que dicen de que “AL QUE MADRUGA DIOS LE AYUDA”, porque siempre se impone la realidad de que “NO POR MUCHO MADRUGAR AMANECE MÁS TEMPRANO”. Por veces uno se siente cansado (y como uno muchos otros) de comprobar que ya están en desuso expresiones como la que dice “LO CONSEGUÍ CON EL SUDOR DE MI FRENTE”. El trabajo duro ya no es sinónimo de alcanzar el éxito. Se le atribuye a Felipe II la frase “YO ENVIÉ A MIS NAVES A LUCHAR CONTRA LOS HOMBRES, NO CONTRA LOS ELEMENTOS”. Hoy en día me gustaría darle la vuelta a la frase, ya que deberíamos luchar solo contra los elementos y no entre nosotros
Levantarse cada día. Salir a la calle y trabajar. Caminar. Sembrar, regar, arar… Intentar recoger los frutos. Porque no siempre caminar es sinónimo de avanzar. No siempre trabajar duro es sinónimo de triunfar. Pero seguiremos intentado definirnos a nosotros mismos, decidiendo qué y quienes queremos ser ante el desafío en el que nos encontramos.
PODEMOS PRENDER FUEGO A LAS RUINAS O CONSTRUIR UN CAMINO, A TRAVÉS DE ELLAS, PASO A PASO HACIA LA LIBERTAD.