El Ecce Homo, de medio cuerpo, era la mejor escultura de la Semana Santa santanderina de la pre-guerra civil.Era una talla de la escuela castellana del siglo XVII.
En segundo término podemos ver el Señor de la Misericordia, que aún procesiona, San Juan de Coullaut Valera, y al fondo, podemos atisbar la Dolorosa de la Cofradía de la Vera Cruz, también desaparecida en el incendio de la Iglesia de San Francisco.
El popular “San Juanin” con su dedo índice apuntando al cielo procesionó durante siglos en Santander hasta que fue sustituido, en 1.915, por otro nuevo que encargó la Orden Tercera de San Francisco al escultor alavés Emilio Molina Payés. Destruida esta hermosa talla por el fuego en 1.920, se encomendó la actual, de vestir, a Coullaut Valera. Dicho artista, sevillano de nacimiento, fue una de las figuras claves de la estatuaria española en el primer cuarto del siglo XX. Aunque trabajó la talla religiosa con acierto ( a veces, con sublimidad incluso) destaca ante todo por su obra monumental: a Cervantes, Chisperos madrileños, Campoamor (todos en Madrid), Bécquer (Sevilla), Pereda (Santander), Navarro Villoslada (Pamplona), etc.
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