Evolución del recinto urbano
Se ha señalado que el estudio de la entidad autónoma toledana, desde el punto de vista espacial, ha de atender dos realidades inseparables: la Tierra y la ciudad. Hasta aquí nos hemos ocupado del ámbito rural y es ahora ¿momento de observar la urbe, el recinto amuraflado, el enclave central donde se desarrollaban todos los grandes acontecimientos políticos y sociales, donde confluían las ambiciones de los poderosos; un espacio que tenía una realidad fisica que en este punto nosinteresa abordar.
Y al comenzar el estudio de la urbe, vamos a detenemos en su contorno, en su perímetro, para adentramos enseguida en su interior. Cuando observamos la ciudad de Toledo lo primero que nos llama la atención es su forma casi circular.
El contorno redondeado caracteriza la ciudad medieval y la distingue por igual de las urbes modernas y da las romana& Lahistoriografla urbanaha señalado algunas hipótesis explicativas de esta forma circular, como la relación que se establecía con el Paraíso, concebido como un círculo perfecto, o la influencia árabe basada en el modelo de Bagdad.
En todo caso, la propia naturaleza, en combinación con la necesidad de defensa, la que diseñó la imagen circular de Toledo, ya que el montículo que aísla el espectacular meandro del Tajo tiene esta forma, y la vertiginosa hoz que excava el rio a su alrededor lo conviene en un lugar estratégico que invita a establecer en su interior una población de marcado carácter defensivo.
La necesidad de la defensa era precisamente el móvil que exigía la construcción de una muralla que encerrara en el interior el conjunto de la población; pero Toledo no tuvo una sola muralla, sino que contó al menos con tres. El sistema defensivo cristiano derivaba del precedente musulmán, y Toledo en la época islámica, como otras ciudades de su entorno cultura], podemos dividirla en dos áreas principales: la ciudad propiamente dicha, o medina, y los arrabales.
En realidad, el término árabe “rabat” (arrabal designaba en AI-Andalus a todos los barrios, tanto de la medina como de friera de ella128; sin embargo, reservamos en Toledo la denominación “arrabal” para las áreas que quedaban fuera del primitivo recinto murado, correspondiente éste a la medina.
El Toledo islámico, y más tarde el cristiano, se dividía, en tres espacios bien diferenciados:
La medina, donde se localizaba la mezquita mayor (luego catedral), el alcázar y otras áreas de prima ordende importanca el arrabal de los iudios velas-rabal nuevo, y Arrabal dicho. Medina, Judería y Arrabal eran tres espacios bien diferenciados porque cada uno de ellos contaba con su propia cerca.
El conjunto de las murallas de la ciudad cristiana había sido heredado de la etapa anterior, y aún hoy se observa con nitidez su carácter árabe. El nacimiento del Arrabal, en el extremo norte de la ciudad,se produjo por acrecimiento dc la población toledana después de la conquista islámica, pero su amurallamiento debió producirse a comienzos del siglo X’. Por su parte, el arrabal de los judíos o, sencillamente, Judería, mencionada ya en el siglo IX como “ciudad de los judíos” (“madinal al Yabud!’» cercada después del año 820 por orden del rebelde toledano Muayir ibn Qatil1, posiblemente con el fin de evitar las consecuencias que podía acarrear la oposición de este elemento étnico. Con el tiempo, la muralla interior, la de la vieja medina, fue perdiendo vigencia y, ya en época cristiana,. quedó como simple vestigio del pasado. En cambio, la cerca de la Judería mantuvo su vigor y su función, si no hasta la expulsión de los judíos en 1492, al menos hasta las-violencias~antijudaicas de 1391
El interior de la ciudad: collaciones v parroquias
Dejando al margen la ciudad. de los judíos,, que desarrollaba una notable autonomia religiosa e institucional, vamos a establecer una división espacial dentro de la ciudad cristiana que, si bien al principio sólo se apreciaba &económica y socialmente, tuvo en 1422, con la creación del nuevo Gobierno toledano, una confirmación político-institucional.
Nos estamos refiriendo a las collaciones, áreas vecinales -barrios, diñamos hoy que se fundamentaban en las parroquias pero que no se confundían con ellas Las parroquias eran, como lo son hoy, circunscripciones admmistrativas de la Iglesia, y como tales entidades fisica cada una de ellas abarcaba un espacio concreto dentro de la ciudad, una serie de calles y manzanas del entorno del templo. sede de la parroquia, al cual se adscribían espiritualmente sus habitantes.
La collación era, en cambio, una circunscripción administrativa de la Ciudad; abarcaba el espacio del entorno del templo y a todos los habitantes. que vivieran en éL Se correspondía con el ámbito da la. parroquia, pero la collación no vinculaba fieles sino vecinos, y era la unidad básica para el reparto de las velas y de otros servicios que la vecinda prestababa a la comunidad.
Establecida la diferenciación entre collación y parroquia, hay que señalar que al final del Medievo ambos términos se confundían con deniasiada frecuencia. El término “pantoquit sola ser empleado por los jurados de Toledo para referírse a la circunscripción a la que representaban; sin embargo, el lenguaje normativista de la Cancillería regia, conservó la terminología jurídicamente precisar al menos hasta,bien entrado el siglo XV distinguiendo claramente la circunscripción administrativa civil (la collación) de la sede de la administración eclesiástica en el barrio (la parroquia. Al margen de las referencias administrativas, ya sean eclesiásticas, ya laicas, el térnino”collación!’ siguió reservándose en exclusiva para la ubicación de los imnuebles urbanos; en los cientos de documentos toledanos que nos han llegado en que se suscriben de censos, compraventa, donaciones y alquileres de casas, tiendas, sótanos, cámaras y otros inmuebles de la ciudad, se indica ia.localización de éstos haciendo siempre referencia a la collación en la que se encuentrant34. En 1422 aparecieron por pnimera vez expuestas da forma sistemática las collaciones toledanas, con motivo del nombramiento, por parte del rey Juan II, de sus nuevos representantes, los jurados.
Según el documento por el que se crea el Cabildo-de Jurados, las collaciones eran diecinueve San Andrés, San Román San Vicente San Lorenzo, Santa Maria Magdalena, San Antolin, San Juan de la Leche, Santo Tomé, San Nicolás, San Pedro, Santa Leocadia, San Salvador, Santa María de San Cebrián, San Soles,, San Cristóbal,, Santiago y San Isidro,. San Miguel, San Justo y San Ginés
JUAN RAMÓN PALENCIA HERREJÓN DIRECCIÓN: DRA.. MARIA ASENJO GONZÁLEZhttp://biblioteca.ucm.es/tesis/19972000/H/0/H0048501.pdf&version;
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