El descaro descarado

Con la entrada en escena de ciertos nuevos partidos políticos y el protagonismo alcanzado por algunos miembros de algunos ya antiguos, de algunos digamos de los considerados casta, aparece una figura política desconocida hasta ahora en España, la del descaro descarado.

¿Y que es el descaro descarado? Bien, digamos que esos nuevos partidos cogen mucha fuerza con ciertos mensajes y con ciertas poses. Esos mensajes y poses aunque parecen difíciles son en realidad muy, muy fáciles. Para engordar y darle forma a esos mensajes y esas poses no hay que inventarse nada, no hay más que mirar a los partidos políticos ya existentes, gobiernen o no, y hacer exactamente lo contrario, o por lo menos decir que se hace.

No hace falta inventarse un discurso, generar una cierta ideología o lanzar nuevos y novedosos discursos, los “malos”,. los “asquerosos” y los “malvados” contra los que luchas ya escriben el discurso de esos partidos, el líder no tiene que hacer nada más que saber transmitir ese discurso a la masa, ávida de sangre, y explotar el odio y el desprecio. El camino en realidad ni lo hace ni lo marca el líder, es todo tan sumamente fácil que ya lo hacen por ti los otros, los malos.

Lo malo de todo eso es tener pasado, lo malo es no saberte rodear de gente inmaculada en sus principios y en sus comportamientos, lo malo es que todo ese pasado, y muchas veces presente, aparezca. Ese es el problema, no podía ser todo coser y cantar, no todo es fácil en la vida, todo encierra su dificultad, mayor o menor, y esas dificultades hay que preverlas.

Cuando alguien tiene un pasado con ciertos aspectos oscuros o por lo menos poco claros y estos aparecen tiene que saber que hacer y que decir. Si quiere ser una auténtica novedad en el panorama político español debe, por lo menos, intentar atajar ese problema de una forma completamente diferente a como lo haría cualquier político de esos asquerosos partidos de la casta. Si cuando esas cosas surgen, si cuando aparece basura debajo de sus alfombras la respuesta es la misma que harían los otros entonces su verdadera imagen sale a la luz y sus verdaderos objetivos. Nos habremos encontrado definitivamente con algo más de lo mismo, persiguiendo el mismo fin que tanto critican de los otros en los que lo único que cambian son los medios.

Pero lo más sorprendente no es que ataquen a gente a la que evidente están emulando en mayor o menor grado, lo más sorprendente es que tengan, además, seguidores ciegos que les defiendan. Entonces es cuando esas nuevas opciones políticas parecen tratarse más de sectas que de partidos, entonces es cuando evidencian que los motivos en los que se basan para ser seguidos no son el de la razón o el del cerebro.