La mortalidad infanil continua siendo el “patrón oro” para evaluar la situación económica y social de los paises. Y la preocupación principal de los pediatras que se preocupan por el bienestar de los niños en un ámbito mundial.
Lamentablemente la fiabilidad de los datos de mortalidad deja bastante que desear en muchos paises, principalmente en aquellos más pobres, con mortalidad muy alta y que son los que más ayuda necesitan.
Recientemente se ha acusado a algunos gobiernos de exagerar las cifras para con ello poder reclamar más ayuda. Generalmente se trata de gobiernos totalitarios y con poco respeto a los derechos civiles. Pero también se da el caso contrario, cuando los gobiernos ocultan las cifras para ofrecer una mejor imagen que estimule las inversiones de las multinacionales y los hombres de negocios. Todo ello da poca credibilidad a los datos. Además, también se critica la forma como se obtienen los datos de población, generalmente basado en estimaciones a falta de registros civiles fiables.
En un artículo de la revista “The Economist” sobre el poder de los números se comenta otro aparecido en Lancet el pasado junio (prepublicado el 24 de mayo) utilizando un sistema de medida que, siendo también estimativo, parece más preciso.
De cualquier modo, lo que se refleja es un notable descenso en las cifras absolutas de mortalidad de los menores de 5 años de casi 12 millones al año a unos 7.7 millones en los últimos veinte años. Aunque el descenso es considerable pues supone más de 4 millones de niños que han sobrevivido, las cifras continúan siendo escalofriantes: en muchos sitios un niño de cada diez no superará los cinco años de vida.
Aún queda mucha incerteza sobre el número de nacimientos pues los registros son muy incompletos y mucha mortalidad precoz queda ocultada como sucedía aqui hasta hace poco, que los mortinatos de las primeras 24 horas se consideraban criaturas abortivas.
Lo más importante es que las reduciones en la mortalidad son un objetivo conseguible y que para acelerar ese ritmo de descenso lo que se requiere es más ayuda y no sólo mejores estadísticas.
X. Allué (Editor)