Un lago, en mitad del verano, es el lugar ideal para que hombres homosexuales tengan encuentros de pasión con desconocidos. En este escenario, Franck (Pierre Deladonchamps) mantiene una relación con Henri (Patrick d’Assumçao). Sin embargo, cada vez se siente más atraído por un hombre misterioso llamado Michel (Christophe Paou). Sabe que Michel es inquietante e incluso violento; pero, aun así, Franck no puede ocultar sus impulsos sexuales hacia él.
Calificación: 6,909.
Tráiler de la Película – VOSE
Ficha:
Título Original: L’inconnu du lac.
Director: Alain Guiraudie.
Guionista: Alain Guiraudie.
Intérpretes: Christophe Paou, Jérôme Chappatte, Pierre Deladonchamps, Patrick d’Assumçao, Mathieu Vervisch, Gilbert Traina, Emmanuel Daumas, Sébastien Badachaoui, Gilles Guérin, François-Renaud Labarthe, Claude Bellelle, Slawomir Cieminski, Jean-Marie Crémier, Bernard Delavaux, Bernard German.
Productor: Sylvie Pialat.
Fotografía: Claire Mathon.
Música:
Montaje: Jean-Christophe Hym.
Dirección Artística: Roy Genty, François-Renaud Labarthe, Laurent Lunetta.
Diseño de Vestuario:
País: Francia.
Lugares de Rodaje:
Fechas de Rodaje:
Año: 2013.
Duración: 97 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 18 años.
Género: Drama, Romántica, Suspense.
Estreno: 04-04-2014.
Distribuidora: Karma Films, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.
Crítica:
04-04-2014 – JOSU EGUREN
Mantis del crepúsculo
En la dinámica de un territorio extraño, una isla de San Domino bañada por las aguas de un lago estéril donde hombres solitarios entablan conversaciones superficiales antes de practicar sexo con desconocidos, es el escenario inhóspito en el que director francés Alain Guiraudie (“Le roi de l’évasion”) desemboca un filme que sintetiza una identidad propia a partir de la suma de esfuerzos de cineastas como Chantal Akerman y Alfred Hitchcock. Como medida de seducción, Guiraudie recurre a la hipnosis mediante la puesta en escena de un ‘thriller’ en el que el misterio que envuelve a la poética del ocaso contrasta con la luminosidad diurna.
Guiraudie expone con aparente franqueza, pero bajo la plasticidad realista de sus composiciones cuerpo a cuerpo -que a menudo involucran una serie de prácticas sexuales escabrosas descendientes de la óptica vouyerista- yace un desenlace críptico. ¿Quién es el desconocido del lago? ¿el espectador? ¿el protagonista? ¿alguno de los hombres con los que se relaciona? o, recurriendo a las interpretaciones metafóricas ¿el fantasma de las enfermedades de transmisión sexual? ¿el SIDA? Nada de eso importa cuando la historia se somete a la arbitrariedad de la fascinación erótica por un sujeto que homosexualiza el mito de la vagina dentata antes de blindarse a los análisis psicológicos.
Hay soluciones en los márgenes de la trama policial que articula “El desconocido del lago”, no lugares en los que Guiraudie expone una hermosa y profunda relación de amistad entre opuestos de la que deriva un análisis sobre la soledad humana y los códigos que se manejan en las zonas de cruising. El reto es romper la virginidad de los espacios privados en los que el espectador entra en escena como el inspector que guía la investigación, confundido por su austeridad y ajeno a sus liturgias.