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"EL DESCONTENTO" de Beatriz Serrano

Publicado el 14 junio 2024 por Marianleemaslibros

   Pasaje destacadoPortada de la novela El descontento de Beatriz Serrano, Editorial Temas de Hoy"Mi trabajo consiste en ser simpática y vender humo. Leo el brief de un producto de mierda que es como todos los demás productos de mierda. El mercado genera necesidades y es mi labor traducirlas al lenguaje del común de los mortales. Entonces lanzo una idea creativa que es como todas las demás ideas creativas anteriores y posteriores, como todo lo que vino y lo que vendrá después. The lipstick effect. El olor de los recuerdos. La casa de tu vida. Me la compran, nos pagan, recibo felicitaciones y vuelta a empezar.  
Llevo ocho años haciendo lo mismo y sé que no sirve para nada. Sé que el mundo sería un lugar mejor si trabajos como el mío no existieran. Me aprovecho de las inseguridades de la gente y de sus ganas de medrar en una sociedad en la que no se puede mejorar. Sé que también me aprovecho de la mediocridad y el dinero de los clientes. Se me da bien vender ideas a los clientes. "

DESCONTENTOBeatriz Serrano nació en Madrid en 1989 y es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense. Ha desarrollado su carrera en el periodismo digital, especializándose en nuevas narrativas. Ha escrito para medios como BuzzFeed, Vanity Fair, GQ, Harper's Bazaar, SModa o Vogue. 
Actualmente, trabaja en El País. Además, junto al escritor Guillermo Alonso, codirige el pódcast Arsénico Caviar, que fue galardonado con el Premio Ondas en la categoría de Mejor Pódcast Conversacional en 2023. Su primera novela, “El descontento” ha sido finalista en la categoría de Mejor autor/a revelación de la 2ª edición de los Premios Openbank de Literatura by Vanity Fair.
La trama a grandes rasgos sin spoiler
La historia transcurre durante una semana a finales de un agobiante y caluroso mes de agosto madrileño. Marisa es la protagonista, una treintañera que lleva ocho años en el mundo de la publicidad, cuatro de ellos empleada en la agencia de la Gran Vía de Madrid donde en la actualidad ocupa un cargo intermedio. Una "head of creative strategy", como ella se define,  responsable y eficaz, que lleva una vida bastante anodina, insustancial y solitaria, que no soporta el trabajo que realiza, ni la hipocresía, postureo de sus compañeros a cual mas pelota. Sobrevive a base de orfidales y demás sustancias anestesiantes y somníferas para poder hacerle frente al estrés que le genera la vuelta al trabajo cada lunes, escuchar cada mañana el maldito despertador y superar las ganas de que la atropelle un autobús de camino a la oficina para poder cogerse una kilométrica baja. 
Pensaba que la ansiedad era una serie de síntomas muy concretos (sudor, palpitaciones y sensación de ahogo) y no algo tan específico como echarse a llorar cuando sonaba el despertador por las mañanas y ponerle a esa sensación el nombre del chico que en el instituto te llamó «calientapollas».

Marisa conoce bien las reglas del “juego de los oficinistas”, sabe lo que tiene o no tiene que decir en cada momento, en cada reunión, a cada jefe, en definitiva, sabe meterse en su papel, mimetizarse con su ambiente laboral, hacerse la guay delante de sus compañeros de trabajo y fingir lo que sea necesario para poder subsistir y ascender 
Jugar a las oficinas es fácil si sabes cómo. El trabajo es solamente un papel que hay que interpretar. He aprendido a dominarlo a la perfección: sé los chascarrillos que siempre funcionan para romper el hielo. Sé lo que tengo que preguntar para parecer atenta e interesada. Y sé lo que tengo que decir para que el tiempo fluya más rápido sin hacer realmente nada hasta las seis de la tarde. El juego de las oficinitas consiste en saber expresarse cuando toca. En decir “preparar un Excel” o “hacer una presentación” como si estuvieras hablando de una operación a corazón abierto o en alargar excesivamente una explicación, llena de detalles aburridos, para que la gente pierda el hilo de lo que estás contando y no te pregunte nada al terminar.

Para ese fin de semana, su empresa ha organizado un team building del que no puede escaquearse. Y es que la idea de tener que aguantar dos días enteros a sus compañeros, le resulta insufrible y le suma una dosis extra de ansiedad a la que ya andaba cargando en las espaldas día tras día. ¿Será capaz de superarlo, y de salir airosa del evento? 
Lo que ni el médico de cabecera ni mi posterior terapeuta llegaron nunca a entender es que el estrés no me lo causaba mi trabajo sino, tal y como le había dicho, el hecho de tener que ir a trabajar. Ocupar ocho horas de lunes a viernes en una tarea alienante e insatisfactoria, rodeada de gente con la que me veía forzada a tener conversaciones infructuosas y aburridas, con todos aquellos absurdos lugares comunes sobre hipotecas o plazas de garaje o las palabras que dicen mal sus hijos o la última serie que habían visto en Netflix.

Los puntos fuertes de la novela
La historia y los temas que se tocan: 
● El tema principal que se refleja a la perfección es “el juego de las oficinas” y los tejemanejes internos del mundillo oficinista, en este caso concreto de una empresa de publicidad pero que podría ser perfectamente lo que se cuece en cualquier ambiente laboral empresarial donde solo importa el resultado económico, con los típicos trepas peloteando al jefe o a los jefes para escalar puestos, y la hipocresía de los compañeros, que no se soportan y critican por detrás, pero que a la cara son incapaces de decirte nada. Y lo que viene siendo la estresante vida de cualquier trabajador de empresa y su rutinario día a día, la rutina de la vida laboral.
● Aunque el argumento tiene su lado triste y dramático, la verdad es que está escrito con un toque de humor importante e interesante que destila bastante ironía y cinismo, algo que ameniza bastante la lectura. Viendo la sinopsis oficial de la editorial, podría parecer una novela ligera, sencilla, pero no, si se piensa bien el tema se las trae y de simple no tiene nada, además la autora lo analiza y lo sabe llevar de forma magistral  
● Además, se exponen: el consumismo desaforado en la que está inmersa la sociedad, como nos dejamos llevar por los anuncios y la publicidad engañosa aun sabiendo que siempre es engañosa. La ley del “sálvese quien pueda “, del “aquí todo vale para destacar” y el “todo está permitido en beneficio de una mayor productividad”. También la soledad, la precariedad laboral, la explotación en el trabajo y las consecuencias mentales y físicas que todo ello puede ocasionar. Te planteas la pregunta del millón, ¿merece la pena pasarse la vida entera trabajando para dejar de vivir la propia vida? 
También está presente aunque de refilón el tema de la maternidad y la obligación que sienten algunas mujeres de tener hijos para sentirse integradas en la sociedad.
Dentro de esta nueva dimensión, la Maternidad se convierte en la religión única y las Nuevas Madres son como misioneros de la época colonial. Difunden el mensaje de las bondades de la maternidad a través de la repetición de las mismas consignas. «Es lo mejor que me ha pasado.» «A veces me estreso, sí, pero luego veo la carita del bebé y se me pasa.» «No hay nada mejor.» «Te das cuenta de que antes no sabías lo que era de verdad amar.» «Los demás problemas dejan de importarte.» Ver a esas mujeres con ojeras hasta los pies y más raíces en el cabello que los sauces llorones hablándome de los beneficios de ser madre mientras menean un carrito para que su bebé no empiece a berrear me hace desconfiar de ellas, no entiendo por qué quieren venderme su producto con tantísima pasión. Debe de haber gato encerrado.

✔ La prosa y el estilo: Me pregunto si la autora, que es periodista, ha tenido que ver en algún momento con algo relacionado con los publicistas, porque parece conocer a la perfección la jerga utilizada en el mundillo: briefing, insight, team building, etc, en todo caso se nota que se ha documentado bien, que domina el tema. 
Escrita de forma correcta, con una prosa sencilla que permite al lector meterse en la piel de Marisa y casi sentir esa ansiedad como propia, porque resulta muy fácil empatizar con ella y sentirnos identificados en algún momento con alguno de sus pensamientos, sentimientos y situaciones laborales sufridas en sus carnes.
✔ Los personajes: ● Marisa, el principal, es bueno, muy bueno: 32 años, una mujer con muchas carencias afectivas que solo desea que la quieran y se lo demuestren. Un personaje cuyo único hobby es ver de forma compulsiva tutoriales y vídeos de YouTube, y sus lugares favoritos son El Museo del Prado porque le nutre el alma y el Carrefour 24 horas de Quevedo en Madrid, porque le alimenta el cuerpo
Adoro las teorías de la conspiración, los beefs entre youtubers, las guerras culturales. Adoro las explicaciones filosóficas o sociológicas sobre el mundo. Adoro a los booktubers. Adoro los vídeos de veinte minutos que son un compendio de clips. Sin lugar a duda, mis vídeos favoritos, aquellos que son capaces de hacer que me olvide de mí misma, son los de cómo se fabrican las cosas. No hablo de cosas prácticas como cómo hacer una mesa o una silla, sino cómo se hace el caramelo, cómo es el proceso de una fábrica de patatas fritas de bolsa, cómo se hacen los tornillos o cómo se cortan trozos de mármol para que terminen siendo un bloque compacto. YouTube es mi ventana a un mundo en el que me gustaría poder estar siempre presente.

Marisa ha aprendido a dominar el arte de trabajar lo menos posible, y no es que sea mileurista, ni tenga un trabajo que pudiera tacharse de precario, no, pero su trabajo le resulta frustrante, engañoso, inútil al tener que dedicarse a él en cuerpo y alma, y no permitirle disponer de tiempo ni de ganas para vivir la vida deseada. 
En las oficinas sucede lo mismo que en las cacerías: cuanto más te muevas, menos posibilidad tendrás de que te disparen

Siente hastío, desgana, aburrimiento mortal, absoluta desmotivación, siente todo lo opuesto a lo que debe aparentar y demostrar ante su superior y al final, hace con los demás lo que no le gusta que hagan con ella, se comporta con los trabajadores que tiene a su cargo como lo hacen con ella, y consigue, además de engañarse a sí misma, engañarlos a todos, a sus clientes, a sus compañeros y a sus propios jefes.
A veces, lo que más cuenta en el juego de las oficinas es la imitación: si todo el mundo se muestra preocupado, tú debes aparentar preocupación; si todo el mundo está alegre, tú debes simular alegría

Pero por encima de todo Marisa se siente muy sola, carece de pareja, de buenas amigas, carece de esos vínculos que todos necesitamos para seguir adelante en la vida y superar lo que esta nos vaya deparando (aunque a mitad de novela aparece un nuevo personaje, se reencuentra de forma fortuita con su mejor amiga de la niñez y adolescencia). Únicamente consigue evadirse de esa soledad en la compañía de su vecino Pablo, con el que ha acordado una especie de pacto, el de no implicarse ambos mas allá de sus encuentros ocasionales y sesiones de sexo esporádico que disfrutan a tope.
Al final, en la vida necesitamos pocas cosas: alguien que nos quiera, una cama con grandes almohadones, unas latas de cerveza bien frías y unos tomates que sepan a algo.

Se percibe a sí misma como una pura contradicción respecto a su forma de pensar: por un lado se siente feminista, pero su trabajo la obliga a ir en contra de sus principios morales, sabe que en vez de ayudar a las mujeres, no contribuye mas que a aumentar sus inseguridades con esos anuncios de productos de belleza que prometen lo que nunca se conseguirá y que crea necesidades que en realidad para ellas no existen.
En mi trabajo, lanzo mensajes empoderantes desde detrás de toda una serie de marcas de mierda a mujeres que nunca llegaré a conocer para que dejen de sentirse mal a causa de sus estrías, sus varices, sus arrugas, sus lorzas y su celulitis y, sin embargo, desde que comencé a trabajar y a tener dinero, compro las cremas y productos de cosmética más caros y que prometen mejores resultados para mis estrías, mis arrugas, mi carne flácida y mi celulitis. No he conseguido dejar de sentirme incómoda con las partes naturales de mi cuerpo que la sociedad ha convertido en defectos. He leído la teoría, pero no soy capaz de ponerla en práctica.

● Personajes secundarios hay varios, pero perfilados más superficialmente: Pablo, el vecino, Rita, una chica de la oficina con la que ella congeniaba bastante por sus ideas revolucionarias respecto al trabajo, y de la que solo sabe murió de repente en desconocidas circunstancias. Y otros compañeros que salen en escena en variadas ocasiones pero sin demasiada importancia. 
Rita parecía tener poca esperanza en las personas que trabajaban con nosotros, hablaba de «ahí fuera» y «aquí dentro», como si habitásemos dos universos paralelos sin relación entre sí. Tener intereses comunes, como la literatura, nos hizo acercarnos, pero el odio que compartíamos hacia el lugar al que íbamos a diario nos unió. Rita odiaba, pero odiaba con gracia y con motivos.
✔ El final de la historia ¿me ha gustado?: Según iba avanzando en la lectura, pensaba que no iba a encontrarme con un final definido, con ningún suceso determinado mas allá de esa semana narrada en la vida de Marisa, y ya. . ., un simple fragmento de vida. Y sí, pero no. Sé que la autora podría haber escogido cualquier final y haberme gustado o no haberme gustado, pero lo cierto es que el elegido (nosotros los lectores podemos idear en nuestras cabezas todas las posibilidades que queramos para una lectura, pero en definitiva el que escoge es el que escribe) me ha resultado totalmente inesperado, me ha dejado boquiabierta, podría no haberlo hecho, pero sí, me ha convencido.
Resumiendo:"El descontento” cuenta y describe de forma muy acertada la realidad del mundo laboral actual, del mundo empresarial (claro, no del funcionariado), y de la explotación que sufren algunos trabajadores en sus carnes y el estrés que ello les ocasiona. Una novela con un lado triste pero también otro divertido que narra “el descontento” de alguien que en realidad podríamos ser cualquiera de nosotros mismos, cualquiera que esté descontent@ con el trabajo que realiza.
Si todo el mundo se diera cuenta de lo poco que importan en realidad y de lo intercambiables que son por otras personas que tengan una experiencia similar quizás serían más amables los unos con los otros

¿Os recomiendo esta novela? Por supuesto, por varios motivos: por todos los puntos destacables que os he contado arriba, pero también porque como habréis podido imaginar me ha gustado mucho, y aunque el trabajo que yo realizo actualmente me gusta y no me siento “descontenta” con él, me he sentido muy identificada en algunos aspectos con algunos de mis trabajos anteriores y creo que cualquier lector/trabajador o jubilad@ podría sentirlo igualmente
Mi nota esta vez es la máxima, para variar, dicho sea irónicamente: 
DESCONTENTO

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