Pues sí, Paco tiene razón (una vez más). Lo que hemos vivido estos días es el acabose, la repera, el colmo de la desvergüenza y todo eso. Pero nos engañaríamos a nosotros mismos si dijésemos que no nos lo esperábamos. Eso de dictar una sentencia, congelarla en 24h como si fuese una bolsa de guisantes y tener dos semanas a un país esperando a que el tribunal diga algo ya olía mal. Y al final ocurrió lo esperado, los jueces se han pasado por el forro lo que aparentaba ser la justicia y el Gobierno ha salido como si no hubiese un mañana en busca de votos, sin que le importen las consecuencias. Porque no se si has caído en que el IAJD de marras lo seguiremos pagando los mismos, aunque sea “en diferido”. Y además puede que nos resulte más caro, me explico, si el banco repercute en toda España por ejemplo, el 1,5% que se paga en la Comunidad Valenciana y el tipo en lugares como Euskadi es del 0,5% ya te están sisando un 1% extra. ¿Qué soy muy desconfiado? Como todos. La confianza es algo que tarda años en generarse y segundos en desaparecer para siempre. Pero bueno, eso es harina de otro costal.
Lo que resulta preocupante es que estos días hemos asistido al fallecimiento de la justicia Española (un minuto de silencio, RIP) a manos de unos jueces que no parece que la
Y lo que es peor, cuando hablamos de desastre no me refiero sólo al esperpento de las hipotecas, ojalá sólo fuese eso porque asusta ver que si en esto se monta el pollo, no se que puede ocurrir en otros temas más profundos y filosóficos. Cuando digo desastre hay que añadir que nuestra justicia llega a dar un poco
Un día de estos veremos que la podredumbre que se extiende por todas partes como una riada de lodo también ha convertido la justicia en un barrizal impracticable y descubriremos algo más grave, la democracia que creímos eterna se tambalea de pura inmundicia. Asumimos que aquí no somos iguales y que los privilegiados ya ni pierden el tiempo en disimular. Parece que no importe que si nos cargamos la confianza estamos perdidos en manos de los de la cachiporra.
Pero bueno, ahora el daño ya está hecho, ya es tarde para evitar nada y ponernos a llorar por los rincones no va a mejorar nada, más bien lo contrario. Convendría ponerse en
Es difícil hacerlo peor de como se ha hecho, con prisas, nerviosismo, stress (¡y mira que
Pero algo habrá que hacer. Vivimos tiempos difíciles y ahora más que nunca nos hace falta una democracia fuerte para evitar perderla definitivamente. No es cosa de broma, parecemos estar en la época de entreguerras en la que llegaron las negras nubes, perdimos la esperanza en la justicia, en la política y en cualquier cosa en la que se podía creer. Todo se lió, empezamos a votar a gentes como Bolsonaro que prometían la luna y la historia acabó como el Rosario de la Aurora.