La iniciativa Pro-vida One of us consiguió movilizar a casi dos millones de ciudadanos europeos, por una causa común. Nunca había sucedido que casi 2 millones de ciudadanos europeos, organizados en 20 países de la UE, otorgaran sus firmas en una iniciativa legislativa popular. Era la mayor iniciativa democrática de la historia de la UE, el mayor movimiento ciudadano plurinacional acogiéndose a la normativa del Tratado de Lisboa.
La normativa pedía al menos 1 millón de firmas de 7 países, y aquí la
inquietud popular superaba con mucho lo exigido: se recogieron 1.898.000 firmas, incluyendo 167.000 de España. Y los 631.000 de Italia. Lo que los ciudadanos europeos hemos pedido es algo muy claro: dejar de financiar con dinero de la UE la investigación que destruye embriones humanos y la ayuda al desarrollo que practica abortos.
La Comisión Europea hace una semana, en su último día de trabajo antes de disolverse tras las elecciones al Europarlamento, vetó la propuesta ciudadana y no dejó que llegase al Parlamento Europeo. A pesar de sus 28 páginas, la nota se limita a decir que el marco de financiación (de abortos, clonadores e investigadores con embriones humanos) es una política común “aprobada”, “reciente”, “apropiada”…
Y respecto al dinero que se envía al Tercer Mundo y se usa en abortos,
la Comisión responde que también se gasta en “planificación familiar”
para que los abortos “sean innecesarios”… algo que no se ha dado en
ningún país rico de Occidente, donde la cultura anticonceptiva siempre
ha significado más abortos.
Por supuesto que One of Us no se rendirá y anuncia que presentará una demanda en el Tribunal de Justicia de Luxemburgo. En cualquier caso, el trabajo realizado ha sido ingente, ha valido la pena y terminará dando sus frutos, en defensa de la vida humana.