El filósofo y politólogo francés Sami Naïr es una de las mentes más lúcidas de Europa y lo demuestra cada vez que reflexiona en voz alta o publica, como ahora, un nuevo libro. En este caso, Galaxia Gutemberg publica la larga conversación que mantiene con el profesor James Cohen sobre el pasado más inmediato, el presente y el futuro europeo que Sami Naïr resume, en un título que lo dice todo, como un desengaño.
El extraordinario conocimiento que Sami Naïr tiene de Europa, de sus pueblos y de sus perfiles políticos e incluso de las personas que han construido y están construyendo ahora su historia le permite analizar lo que está pasando -cómo el sueño europeo se ha convertido en una pesadilla- con la precisión del cirujano y con la profundidad del gran pensador.
Nadie sabe lo que va a pasar en Europa pero me parece que cada vez somos más los que compartimos la idea que Naïr desarrolla en su libro (lo peor está aún por venir) y por eso creo que su lectura es tan recomendable, para conocer cómo la crisis se abrió paso en Europa, por qué se le ha hecho frente con políticas que se sabía que serían inútiles, lo que va a ocurrir cuando se apruebe el Tratado con Estados Unidos o Alemania (que “no juega ya en Europa sino en la mundialización”) deje de disimular y muestre lo que verdad va buscando en Europa desde hace tiempo.
Aunque no es exactamente un libro concebido para desarrollar propuestas alternativas, también en él se puede encontrar algunas ideas que todavía siguen siendo un tabú en la política europea pero que yo tengo la seguridad de que van a comenzar a formar parte de nuestro menú dialéctico habitual de los próximos años. Por ejemplo, la conveniencia de pensar en establecer políticas proteccionistas que no tienen por qué ser las del viejo encerramiento sino de reforzamiento de los recursos endógenos y de la naturaleza. La necesidad de que el Banco Central Europeo tenga entre sus objetivos el empleo y que pase a ser prestamista de los Estados, que se establezcan impuestos sobre los movimientos de capital y la imperiosidad de avanzar hacia una transición ecológica, además de otras ideas que Sami Naïr ya había desarrollado en otros libros anteriores sobre inmigración y codesarrollo.
Es posible que la forma en que se exponen las ideas y el hecho de que se trate de un texto reducido provoque diferencias y desacuerdos en algunos planteamientos concretos pero incluso creo que esa es otra de las grandes virtudes de este libro, en gran medida provocador, cuya lectura recomiendo en estos días de debate preelectroal europeo.