(Gütersloh/Bruselas, 15 septiembre 2014) – Europa
está haciendo algún progreso en términos de estabilización económica, pero el
nivel de justicia social ha bajado en los años recientes en la mayoría de los
estados de la UE. El desequilibrio social entre los ricos estados del norte
de Europa y los muchos estados del sur y sudeste se ha intensificado
considerablemente en el curso de la crisis. Mientras existe todavía un alto
nivel de inclusión social en Suecia, Finlandia, Dinamarca y los Países Bajos,
la injusticia social en países como Grecia, España, Italia o Hungría ha
crecido. En particular en los estados de la UE castigados por la crisis no ha sido
posible administrar los recortes masivos de una forma equilibrada. Este es el
resultado de un nuevo Índice
de Justicia Social de la UE (*) que compara la justicia en cada uno de
los 28 estados de la UE, y que ha sido publicado el 15 de septiembre por la Fundación
Bertelsmann en Gütersloh-Alemania, su sede, y en Bruselas.
Aparte de la división
Norte-Sur, el análisis es particularmente crítico con respecto al
desequilibrio creciente entre las generaciones. Según el análisis, las
personas jóvenes han sido mucho más golpeados por la injusticia social que las
de mayor edad. El 28 por ciento de los niños y jóvenes están amenazados por la
pobreza o la exclusión social en toda la UE, lo cual es sensiblemente más que
en 2009. Contrastando con ello, la pobreza entre los mayores ha disminuido en
varios casos. “La creciente brecha
social entre los estados miembros y entre las generaciones puede llevar a
tensiones y una pérdida considerable de confianza. Si el desequilibrio social
persistiera o aumentara aún más, el futuro del proyecto de integración europea
se verá amenazado,” dice Dr. Jörg Dräger, miembro del Consejo
Ejecutivo de la fundación.
Las altas clasificaciones de
los países nórdicos y de los Países Bajos se deben principalmente a los buenos
resultados políticos en los campos de reducción de la pobreza, el acceso al
mercado del trabajo y la cohesión social y no-discriminación. Aunque los países
nórdicos sientan notablemente los efectos de la crisis, el grado de inclusión
social en estos países sigue siendo alto. Contrariamente a la tendencia general
en Europa, Finlandia y los Países Bajos han sido capaces recientemente de
reducir la pobreza infantil. En los países que encabezan la clasificación, el
desafío para el futuro es en particular superar las continuas escasas
oportunidades de acceso de los inmigrantes al mercado laboral, así como
combatir el desempleo relativamente alto de los jóvenes en Suecia (23,5%) y
Finlandia (19,9%).
Pero los problemas en la
parte baja de los rankings son de una calidad diferente: Grecia sufre ahora mismo
de una tasa de desempleo juvenil de casi el 60 por ciento, un aumento rápido
del riesgo de pobreza, sobre todo entre los niños y adolescentes (desde 28,2
por ciento en 2007 a 35,4 por ciento en 2012), un sistema de salud que ha sido
golpeado fuertemente por las medidas de austeridad, la discriminación hacía las
minorías debido al aumento de fuerzas políticas radicales, y una enorme montaña
de deudas en forma de hipotecas para las generaciones futuras.
Hay un cuadro similar en el
resto de países del sur de Europa. El desempleo juvenil es el mayor problema
de justicia en España, con una tasa de más del 55 por ciento. Adicionalmente,
el riesgo de pobreza de los niños y adolescentes con una cifra de 32,6 por
ciento es más que dos veces el riesgo de pobreza de los mayores, que
es el 14,5 por ciento.
Además, la comparación de
los países muestra que el desempeño económico es en efecto un requerimiento
importante, pero no garantiza automáticamente la justicia social. Por
ejemplo, esto se puede ver en la comparación de Irlanda con Suecia. Irlanda
tiene en efecto un alto PIB per cápita similar a Suecia, pero se clasifica
considerablemente por debajo del promedio cuando se trata de justicia social
(el puesto (18) comparado al (1) y cuenta como uno de los grandes perdedores en
la comparación entre países. Por contraste, países como la Republica Checa
(puesto 5), Eslovenia (puesto 9) y Estonia (10) muestran que a pesar de tener
solamente un desempeño medio, es todavía posible un alto grado de justicia
social comparativo.
Por esta razón, el tema
de la justicia social debe desempeñar un papel más importante en las políticas
europeas futuras, de acuerdo con el estudio. La UE no debe ser percibida
solo como un guardián de la estabilidad económica. Debe desarrollar una
estrategia integrada que también incluye, por primera vez, una política
consistente que lo abarca todo para combatir la injusticia social además de las
últimas perspectivas de crecimiento. Para los estados miembros a su vez debe
depender aún más de hacer las elecciones correctas entre la consolidación
necesaria del presupuesto y las inversiones importantes en el futuro.
(*) Con el nuevo Índice
de Justicia Social de la UE, la Fundación Bertelsmann está investigando seis
diferentes dimensiones de la justicia social, basadas en 35 criterios:
la pobreza, la educación, el empleo, la salud, la justicia generacional así
como la cohesión social y la no-discriminación. La Fundación analizará cada
año en el futuro el desarrollo de las oportunidades de participación en los 28
estados de la UE. El Índice de Justicia Social será pronto completado con el
Barómetro de Reforma de la UE, que rastreará los esfuerzos específicos de
reforma de los estados miembros en las áreas individuales de la justicia
social. Combinados, el “Índice de Justicia Social” y el “Barómetro de Reforma
de la UE” constituyen el “Monitor de Inclusión Social de Europa” (MIS)
Revista Sociedad
El desequilibrio social está creciendo en Europa y amenaza la integración europea
Publicado el 28 septiembre 2014 por FundaciÓn Novia SalcedoSus últimos artículos
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