Revista Opinión

El desgaste del poder y la ineficacia del gobierno en Andalucía

Publicado el 03 septiembre 2016 por Franky
Este verano de 2016 ha servido para que quede en evidencia el profundo deterioro del gobierno andaluz, víctima del cansancio, de la corrupción y de vicios que ha contraído durante su largo dominio, ya enquilosados e incurables. Las plagas de mosquitos, el deterioro de los servicios sanitarios, el fracaso en la lucha contra los incendios y la mala conservación de las carreteras son apenas la punta del iceberg de una administración pública agutada y minada por la incompetencia y la ineficacia. Más de cuarenta años en el poder, de manera ininterrumpida, son más que suficientes para que se demuestre que el poder corrompe y que también debilita, deteriora y embrutece. --- El desgaste del poder y la ineficacia del gobierno en Andalucía Con cada día mas altos cargos cobrando del erario público, con más coches oficiales y con más privilegios, la Administración Pública Andaluza ofrece signos evidentes de cansancio, deterioro, incompetencia e ineficacia en su gestión de gobierno. Los socialistas llevan más tiempo gobernando Andalucía del que Franco gobernó España. Al cerecer de una opodición firme y eficaz, sin alternancia, con una red clientelar que casi les asegura la victoria eterna en las elecciones, el deterioro del poder político andaluz es señero y digno de ser estudiado en las escuelas y universidades de todo el mundo.

Casi todos los servicios publicos fallan, pero el gobierno, gracias a la propaganda, que es el único sector que le funciona de manera eficiente, disimula el desastre y evita que el deterioro de la sanidad, el mal estado de las carreteras, el crecimiento constante de los impuestos, el aumento de los privilegios, el tamaño cada día mayor de las administraciones públicas, la falta de austeridad, el fracaso en la lucha contra el desempleo y de otras muchas actuaciones y servicios se conviertan en escándalos que invadan las portadas de una prensa, a la que el socialismo andaluz ha sabido domesticar y someter.

En este verano de 2016 han sido especialmente duros los fracasos del gobierno andaluz en la lucha contra plagas tan dañinas como los mosquitos, que han invadido zonas turísticas y arruinado muchas vacaciones y negocios, el descenso escandaloso de calidad en los servicios sanitarios, donde la falta de atención médica en algunos hospitales ha rozado el desastre, la pésima conservación de las carreteras, que ha causado numerosos accidentes y la mala previsión de los incendios, con un balance sobrecogedor de zonas arrasadas por las llamas.

Especialmente grave ha sido la nula eficacia del del gobierno andaluz en el control y prevención de la plaga de mosquitos, precisamente en un año en el que los ciudadanos temían el contagio del virus zica, que el mosquito tigre, cada día mas numeroso en España, puede trasmitir.

Pero la mayor evidencia del fracaso gubernamental andaluz es la persistencia del desempleo y del atraso. Mientras otras regiones españolas despegan y consiguen atraer empresas y crear empleo, el crecimiento andaluz es pobre y la persistencia de su desempleo masivo y atraso económico se tornan endémicos.

La densidad del poder andaluz es sobrecogedora. la red clientelar y la presencia del gobierno y del partido en la sociedad son tan intensas que más de la mitad de la economía andaluza depende, directa o indirectamente, de la Junta, que ha convertido las concesiones públicas y subvenciones en el eje de su política de gobierno. Para encontrar en Europa un ejemplo similar de poder político incrustado en la sociedad habría que remontarse a los tiempos de la vieja URSS y comparar la Andalucía actual con cualquiera de las repúblicas soviéticas en tiempos de Breznev, donde la presencia del partido en la vida ciudadana y la economía era agobiante y angustiosa.

Francisco Rubiales


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