“EL DESHIELO” de Lize Spitz, un retrato inquietante de la crueldad adolescente

“Puesto que los demás no tardaron en llamarnos «los tres parásitos», en segundo a Pim se le ocurrió ponernos «los tres mosqueteros». No sabíamos exactamente qué era eso, pero el lema «uno para todos y todos para uno» que exclamaba Pim a voz en cuello cuando salíamos al patio de recreo compensaba muchas cosas.
Empezamos a utilizarlo tanto si venía a cuento como si no, cuando nos abalanzábamos sobre la portería contraria, cuando recibíamos buenas o malas notas, cuando abríamos una botella de refresco, hasta que acabamos creyendo que nunca habría nada más importante que nuestra amistad y dimos por supuesto que los libros de historia se habían basado en nosotros y no al revés"En 1988 nacieron tres niños en la pequeña ciudad de Bovenmeer: Laurens, Pim y Eva. Durante la infancia, y debido a la difícil situación familiar que vivía, la niña se volcó en su amistad con sus compañeros. Al llegar a la adolescencia, y azuzados por una incipiente curiosidad sexual, los chicos iniciaron un escabroso juego que tendría graves consecuencias para ellos. Transcurridos trece años de ese último verano juntos en que todo se desbocó, Eva regresa a Bovenmeer dispuesta a ajustar cuentas con el pasado.
Lize Spit nació en 1988 en un pequeño pueblo de Bélgica. Al cumplir la mayoría de edad, marchó a Bruselas, donde reside actualmente.
Elogiada en sus inicios literarios por su obra cuentística, publicadas en diferentes revistas literarias, en 2013 recibió el premio Write Now! de relato. En 2014 participó en un campamento de verano para escritores que organiza la revista Dag Mag, donde su estilo llamó la atención de uno de los editores. Éste contrató la novela en la que estaba trabajando, El deshielo, debut que publicó en 2015 y que fue considerado un fenómeno literario en Bélgica.
Actualmente, escribe una columna semanal en el periódico nacional con más tirada del país, es profesora de guión, trabaja en una película y en su segunda novela y también escribe poesía.

Eva, Lauren y Pim son tres adolescentes que comparten el hecho de haber nacido el mismo año (1988), en Bovenmeer, un pequeño pueblo de Flandes. Esa circunstancia les llevará inevitablemente a ser amigos desde muy pequeños, a crecer juntos. El contexto familiar de Eva, la narradora de esta historia, no es fácil. Su hermano Jolan es el único superviviente de un parto gemelar, su hermana pequeña Tesje tiene problemas psicológicos, concretamente un TOC y sus padres se emborrachan cada dos por tres, sobre todo su madre. Por eso, ella se vuelca en“los tres mosqueteros” como a ellos les gusta hacerse llamar.
Cuando llegan a la adolescencia, en pleno despertar de la sexualidad (verano de 2002), uno de ellos idea un juego basado en el abuso y la humillación de sus víctimas, eso sí, siempre participantes voluntarias, nunca forzadas. Aunque a veces no está del todo de acuerdo con lo que hacen, Eva calla por miedo a perderles y a que la dejen de lado, consiente, se convierte en un cómplice más de las vejaciones.
Lo que en un principio puede parecernos un juego inocente debido a la curiosidad sexual típica de la edad, según avanzamos en la lectura vamos descubriendo que esa inocencia en verdad no existe, que lo pasan bien (tal vez Eva no, aunque tampoco hace ni dice nada para evitarlo) con la crueldad hacia las chicas que caen en sus manos, con total y absoluta falta de empatía hacia ellas.
Los capítulos de la novela están divididos en tres líneas argumentales que se distinguen por los títulos de los mismos:
--Por una parte, algunos narran la actualidad desde que Eva decide regresar al pueblo trece años después de su partida, tras recibir una invitación a la inauguración del negocio de Pim. Con un bloque de hielo en el maletero, emprenderá el viaje de su venganza, porque Eva sigue traumatizada, no ha podido olvidarse de todo lo ocurrido ese 2002.
--Después están los capítulos cuyos títulos sugieren hechos relacionados con la infancia, la adolescencia y el entorno familiar de alguno de “los mosqueteros”(pero sobre todo de Eva), que hablan sobre eso mismo, sin orden, sin cronología, según los recuerdos le van viniendo a la mente.
--Y por último, los que encabezan con las fechas en orden cronológico de aquel fatídico verano en el que los niños han dejado de ser niños y ya son adolescentes, con todos los problemas y complicaciones que dicha edad conlleva, sumándole además los que ellos mismos se buscan con su macabro juego. Porque la maldad hacia los demás puede volverse contra uno mismo y hacerte beber de tu propia medicina.
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?

Sí, mucho. La novela aunque es larga (más de 500 páginas) no se me ha hecho en ningún momento aburrida, todo lo contrario: deseaba no parar de leer, para conocer todos los detalles de ese verano, y de que manera iba a acabar la amistad entre "los mosqueteros", saber como murió Jan y lo que más me intrigaba, saber el motivo por el cual Eva regresa con un bloque de hielo en el maletero de su coche y porque no había sido capaz de hacer borrón y cuenta nueva en esos trece años pasados.
Me asombra que Lize Spit haya podido idear una obra así, siendo esta su ópera prima, y me ha gustado mucho su forma de escribir, de narrar. Se dice por ahí que aunque no es autobiográfica, ella se ha basado en algunos hechos que le ocurrieron en el pasado, cuando residía en un pequeño pueblecito similar a Bovenmeer, y que ha mezclado realidad con ficción, aunque espero y le deseo de todo corazón, que ni a ella ni a ningún conocido suyo le tocara vivir lo que vivó Eva.
Los dos protagonistas masculinos, tengo que decir que me han caído fatal en todo momento, no he soportado su falta de empatía, la forma de tratar ambos a la única chica del grupo y algo que me ha llamado mucho la atención durante toda la lectura ha sido la ausencia de ternura y la falta de capacidad para sentir en la propia piel el sufrimiento de los demás en todos y cada uno de los personajes, Quizás se salve únicamente la relación de Eva con su hermana pequeña Tesje, de la que sí se apiada en algún momento.
En fin que la recomiendo sin dudarlo, pero siendo consciente de que muy probablemente no sea del agrado de todo el mundo, sobre todo porque las 150 últimas páginas contienen escenas muy crudas, de una dureza a veces extrema, despiadada, que te corta la respiración, te ahoga, te obliga a releer algunos detalles porque no puedes ni creértelo, que algo así pueda suceder entre críos, porque al fin y al cabo no son más que eso, unos críos. Y te preguntas como es posible que hayan podido llegar a tales extremos, en que momento empezó todo a desmadrarse, a írseles de las manos.

Para acabar os resumo que “El deshielo” es sobre todo el juego de unos chiquillos que actúan con negligencia y que no se paran a pensar en las posibles consecuencias de ese bucle de violencia, infidelidad, y traición en el que han entrado, caiga quién caiga.
He disfrutado mucho con este libro (a pesar de su crudeza), por lo que mi puntuación esta vez es la máxima: