VIENDO ESTOS DÍAS el destape patrimonial de José Bono, me pregunto si el PP tendrá suficiente o querrá más. En otras circunstancias, pongamos que no existiera el Gürtel, tal vez se hubieran conformado, pero no parece el caso. El PP siempre quiere más, y está en su derecho de exigir explicaciones, aunque mucho me temo que lo que desean aquí es que el de Albacete se haga el harakiri, que se lo haga pronto, y si puede ser, en la mismísima escalinata del Congreso de los Diputados.
El delito de Bono, después de tantos años en política, es tener 12 propiedades inmobiliarias, dos negocios familiares y un amigo constructor. ¡Ay los amigos constructores! ¡Qué presidente autonómico no tiene uno! El que esté libre de pecado, que tire el primer ladrillo. Basándose en recortes de periódico, el PP habla de desajustes patrimoniales y él replica que "lo importante no es tener, sino cómo se ha obtenido".
Es evidente que al presidente del Congreso no sólo no le ha ido mal con los negocios sino que así, aisladamente y sin poder compararlo con el patrimonio de otros políticos, diríamos que las cifras chirrían. Cuestiones estéticas al margen, ya que nadie aún le ha acusado de nada, mucho me temo que su ejercicio de transparencia haya resultado baldío. Por mucho destape que haga no podrá convencer a todos de que no ha cometido ninguna irregularidad. Le pidieron que se desnudara, y lo ha hecho, aunque Bono, claro, ya no está en edad de ir enseñando sus "vergüenzas". Tampoco me lo imagino, por muy cristiano que sea, poniendo la otra mejilla.