Empiezo mal el artículo, cuestionando el nombre de esta admirable web que me deja un espacio para expresarme. Pero bien se podría llamar El Desorden Mundial del siglo XXI, porque, más que un siglo de orden y reglas de juego claras, parece que vamos hacia un desorden sin reglas o con reglas nuevas aún por definir. En este artículo voy a dar algunas claves para entender los cinco paradigmas que están cambiando en el mundo y cómo están enterrando los esquemas que teníamos desde la posguerra fría. Bienvenidos a una nueva era.
1. La era de los pos derechos humanos
Fuente: Foreign Affairs LatinoaméricaLos valores enmarcados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y las Convenciones de Ginebra quizás no sean ya tan universales. Ideales como el derecho a la vida, a no ser torturado o a pedir asilo están en cuestión, ya sea por activa o por pasiva. Cuando los países europeos eluden sus obligaciones y cierran el paso a refugiados, cuando Trump insinúa que la tortura es efectiva, cuando el régimen sirio es acusado de masacrar y gasear impunemente a civiles y no solo no rinde cuentas, sino que se le rehabilita, cuando en Filipinas hay un presidente con más del 60% de popularidad que se jacta de haber asesinado personalmente a presuntos criminales o cuando algunos países africanos se retiran de la Corte Penal Internacional de La Haya, cuando pasa todo esto, es que los fundamentos de aquellos valores universales tiemblan, se acepta ahora lo que antes era intolerable y entramos en una nueva era pos derechos humanos.
2. La era de la pos política tradicional
Fuente: ABC NewsMucho se ha escrito de la crisis de los partidos tradicionales en Occidente y no voy abundar mucho más. Solo una intuición: la sangría de votos, el desgaste, la desorientación de las fuerzas políticas que han gobernado Occidente los últimos 70 años parece que no han tocado fondo todavía. El viento y la Historia juegan a favor de las nuevas fuerzas populistas y las familias conservadoras y socialdemócratas están a la defensiva y van a remolque. Salir al campo de juego con esta actitud, con poca confianza y desorientados, no es la mejor táctica para ganar partidos. Delante tienen un rival sin tantos recursos, pero muy hábil y motivado.
3. La era de la posverdad
Fuente: Snopes.comEste sea quizás el cambio de paradigma más significativo, que engloba al resto y que mejor define el vértigo del momento actual. La mentira y la intoxicación son tan viejas como la misma política, pero lo que ha cambiado es el alcance, cómo se distribuye y expande. Los medios tradicionales han perdido el monopolio del relato de la realidad y el ciudadano, si no tiene un mínimo de espíritu crítico, se va tragando sin cuestionar todo lo que le llega vía Facebook hasta vivir en una burbuja. Un ciudadano así es el objetivo perfecto para una campaña política sin escrúpulos, un plato muy goloso. Y en la Europa del 2017 veremos elecciones con mucha posverdad. El problema es que polarizar una sociedad ayuda a ganar unas elecciones, pero después hace el país ingobernable.
4. La era del pos liberalismo democrático y económico
Fuente: El ConfidencialAdiós al consenso liberal. Pensábamos que la democracia parlamentaria era inevitable y que el mundo estaba condenado a ella, que se iría expandiendo y profundizando por todo el planeta. Resulta que no, que no es inevitable, y fácilmente en el siglo XXI se puede mancillar o revertir. Ahí están los casos, todos distintos, de Hungría, Polonia, Turquía o Egipto. A medida que los populistas ganen cuotas de poder, la tentación de subvertir el orden democrático será mayor y la consecuencia inevitable son líderes autoritarios, hombres fuertes llamados a salvar la patria. Tenemos ya una larga lista este 2017.
Al mismo tiempo, el capitalismo liberal como doctrina económica que guio el mundo las últimas décadas está en cuestión. Parece contra natura, porque el planeta cada vez está más interconectado y es más interdependiente, pero viene una época más proteccionista y los tratados de libre comercio en marcha van a estar unos años archivados en cajones. La globalización no se parará, pero quizás frenará su impulso.
5. La era posinstitucional
Fuente: La VanguardiaFinalmente, el mundo que viene verá temblar o reducir la trascendencia de las instituciones que trabajaban por una cierta gobernabilidad global. Hay un claro impulso en muchos países por un replegamiento interior, un “no querer mirar fuera”, un resurgir nacionalista, etnocéntrico y patriótico que es incompatible con ceder soberanía y con la esencia de la Unión Europea, la OTAN, la Corte Penal Internacional, la Organización Mundial del Comercio y la mismísima ONU. No sabemos todavía cómo se verán afectados, pero la inercia del momento claramente juega en contra de estos organismos.
Estamos dentro de un periodo de transición hacia una nueva era, y las transiciones, por sí mismas, suelen ser imprevisibles y de final incierto. Las señales que nos da el momento actual son más de un nuevo desorden sin normas claras que de un nuevo orden. También es verdad que el sistema mundial es como un transatlántico: su rumbo no se puede cambiar de la noche a la mañana ni se pueden dar giros bruscos. Pero el mar de fondo es de un cambio de reglas. Si vamos en dirección a la tormenta perfecta o solo hacia unos chubascos es lo que nos queda por descubrir. Pero tranquilos, que mientras nos lo vaya contando El Orden Mundial en el Siglo XXI estaremos bien informados.
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