de Carlos Montero.
Título: El desorden que dejasAutor: Carlos MonteroEditorial: Espasa, 2016.Páginas: 408.
Resumen oficial.
Ganador del XX Premio Primavera
La novela premiada es un intenso thriller psicológico protagonizado y relatado en primera persona por Raquel, una joven profesora de literatura en horas bajas que acepta una suplencia en un instituto de Novariz, el pueblo de donde, casualmente, procede su marido.
En su primer día de trabajo, la joven se entera de que Elvira, su predecesora, se ha suicidado y al finalizar las clases encuentra en su bolso una nota que dice: «¿Y tú cuánto vas a tardar en matarte?». Decidida, Raquel intentará averiguar quién está detrás de esa amenaza, e inevitablemente se empezará a obsesionar con la antigua profesora. ¿Qué le ocurrió? ¿Qué la llevó a la depresión si los alumnos la adoraban? ¿Realmente se suicidó o alguien acabó con su vida? ¿Se está repitiendo el mismo patrón con ella? Y sobre todo, ¿por qué de repente algunos indicios apuntan al marido de Raquel?
Una novela que arranca como una historia de acoso a una profesora para convertirse enseguida en un thriller perverso y apasionante. Una disección de la debilidad humana. De la culpa. De la fragilidad de las relaciones. Y de las mentiras y secretos sobre las que montamos nuestras vidas sin calibrar ni ser conscientes de las consecuencias.
Impresión personal.
Llegué a esta novela de la mano de múltiples opiniones muy positivas sobre la misma más que porque hubiera recibido un Premio, cosa que casi siempre me pasa bastante desapercibido y no suelo valorar. En general me ha gustado bastante y he disfrutado de la lectura pero sobre todo por la trama y los personajes que rodean a la protagonista principal. Es complicado explicar qué me ha ocurrido con Raquel, la protagonista, pero no he conseguido conectar con ella. El hecho de que sea ella la que narra todo lo que va sucediendo me ha ido alejando y acercando a ella en más de una ocasión. Más veces de las que me hubiera gustado no la he entendido, ni lo que piensa ni cómo actúa quizás porque yo misma no me hubiera comportado como ella en muchas de las ocasiones que acontecen en la novela.
Raquel es una de esas miles de profesoras que van rotando de instituto en instituto haciendo suplencias cortas en las que apenas tiene ocasión de poner en marcha un proyecto educativo ni conectar con sus alumnos por la escasez de tiempo que conllevan las sustituciones. Cuando llega a Novariz, un pueblo pequeño de la Galicia profunda, tiene por delante siete meses de cursos ante el fallecimiento por suicidio de la profesora anterior, Viruca. Como ocurre en tantos institutos, tres alumnos en especial, Iago, Roi y Nerea comienzan a hacerle la vida imposible y ya el primer día se encuentra entre los exámenes una nota anónima que le pregunta "Y tú, cuánto vas a tardar en morir?". A partir de este momento, a mi en muchas ocasiones el comportamiento de Raquel me ha parecido un despropósito. No me imagino, con la cantidad de casos de acoso que se dan, que los profesores vayan de héroes aislados sin decir nada a ninguno de sus compañeros de trabajo, sobre todo cuando la profesora anterior supuestamente se ha suicidado y su exmarido te transmite sus dudas al respecto. Por eso me ha costado tanto trabajo entender a Raquel. Tan pronto valiente y decidida, tan pronto retraída y dudosa, sincera pero llena de secretos, conservadora y supeditada a conservar su vida matrimonial, aunque duda constantemente de ella. No sé, simplemente no he conectado con ella y aún así la trama que va desvelando entre tanta contradicción me ha resultado apasionante y tan llena de sorpresas que me ha mantenido pegada a sus páginas hasta el desenlace final.
Por otro lado, el resto de personajes me han parecido mucho más sólidos y coherentes dentro de la historia, una historia en la que nadie resulta ser quien parece ser, ni siquiera los seres más cercanos a Raquel. Los tres chavales que extorsionan a Raquel están muy bien perfilados, llenos de intriga y de silencio para lo jóvenes que son. Germán y su entorno, una familia típica gallega llena de misterio, tópicos y claroscuros. El marido de Viruca y la propia Viruca, que, aunque fallecida, está latente en toda la novela, rondando a Raquel a cada paso que da en Novariz.
El desorden que dejas es un thriller psicológico donde se reflejan problemas de actualidad como el acoso escolar que sufren muchos profesores por parte de los adolescentes malcriados e hiperprotegidos por los usos sociales de hoy en día. También trata y alerta sobre la invasión de la intimidad a través de las tecnologías de la comunicación: la suplantación de perfiles en redes sociales, el acceso a toda tu información a través de la "nube", etc. Todo aquello de lo que nos advierten sobre la falta de privacidad en la red, hecha realidad y manipulada por jóvenes expertos en tecnologías. Una trama muy bien hilvanada, llena de giros insospechados a pesar de las múltiples advertencias latentes que recibe la protagonista. Un pueblo que calla, esconde y donde cada uno va a lo suyo. Un pueblo como el ambiente que le rodea lleno de nieblas y grises, calles de piedra y edificios centenarios, lluvia y bosques que hacen de cortina para que nada trascienda más allá de sus límites. Frente a ese ambiente tan opresivo las escapadas de la protagonista a la capital Ourense parecen una bolsa de oxígeno necesario para poder afrontar la semana rutinaria.
En resumen, El desorden que dejas ha sido una buena lectura, llena de intriga y de tensión; un thriller psicológico que va de menos a más en una trama llena de sorpresas inesperadas y todo ello a pesar de que el comportamiento de la protagonista no me ha convencido en muchas ocasiones.