Es difícil, y hasta puede resultar absurdo, escribir tu crítica, tu opinión, sobre una película que está en boca de todo el mundo, hasta del chino de tu barrio que solo ve telenovelas en mandarín, pero supongo que a alguien le interesará lo que tenga que decir sobre Star Wars: el despertar de la fuerza. Y si no, tampoco es que me preocupe mucho..., pero he sentido cierta obligación de hacerlo.
Este episodio VII de Star Wars, El despertar de la fuerza, venía condicionado, como siempre que se saca algo nuevo de Star Wars que no sean las tres primeras películas, por la opinión, y el gusto, de los que, en teoría, tiene mayor derecho a opinar porque saben más de este asunto de las batallas intergalácticas. Hablando claro: pavos y pavas como el menda de la tienda de cómics de Los Simpson. Que si las novelas no se qué, que si los cómics no sé cuantos, que si mis bragas tal o que si mis cereales pascual... Pues bueno, no sé lo que les habrá parecido El despertar de la fuerza, pero sí sé el efecto que ha producido en mí, que, oh, me crucificarán, soy un simple espectador que solo ha visto las películas y jugado a algún videojuego. A estos son a los que la segunda trilogía les horrorizó; pues bien, a mí no solo me gustó (y me encantó el episodio III) sino que además, Jar Jar Binks me cae de puta madre; de hecho, le invitaría a cenar en Nochevieja a mi casa y dormiría con él en la misma habitación.
Vamos que su opinión me trae al pairo, y ni es más sacra ni más experta que la que pueda extraer cualquier otra persona que disfrute con el celuloide. Puristas..., y ya. Y olvidándoles, diré que El despertar de la fuerza me ha gustado mucho, casi tanto como las mejores, y mucho más que las que considero las peores ( El ataque de los clones y, un poco, La amenaza fantasma). Sí, recupera la acción frenética de la primera trilogía, y pierde, para mi pesar, el tono reflexivo de la última trilogía que dirigió el propio George Lucas, esa que, ante mi incomprensión, gustó tan poco.
¿Por qué mola El despertar de la fuerza? Básicamente porque J.J. Abrams ha sabido cubrirse muy bien las espaldas ante las posibles críticas de la orden de los comedores solitarios de hamburguesas con queso que pierden la virginidad pagando o a los 50 años. ¿Cómo? Pues claro, mequetrefes, si ha hecho una reinterpretación del guion de Una nueva esperanza. Cierto que ha añadido nuevas localizaciones, nuevos personajes, nuevos androides, pero coño, todo estaba ya en la primera película. Si alguien no ve un parecido entre Rei y el Luke Skywalker del episodio IV es que le faltan unas cuantas neuronas...
Mención especial en El despertar de la fuerza merece Snoke, que viene a ser el emperador de esta nueva trilogía, pero aún mucho más oscuro y digital (a veces parece una criatura de El señor de los anillos), y Kylo Ren, el nuevo malo malísimo interpretado por el mismísimo Vaquilla, que ya os puedo asegurar que al final casi seguro que se hace bueno. En fin, El despertar de la fuerza no me ha defraudado, tan solo le achacaría la excesiva falta de imaginación o el excesivo celo en contentar a los de la religión jedi, que ha dado lugar a una trama calcada a la de la primera película, culebrón genealógico incluido y sin resolver del todo. Por eso El despertar de la fuerza mola mucho, pero no sorprende, casi nada, salvo la espada de Kylo Ren que es cojonuda, la imagen de la Primera Orden a lo Tercer Reich, o lo que parece una nueva Estrella de la Muerte que ataca con energías renovables. Técnica e interpretativamente (salvo John Boyega, que está muy perdido) es una auténtica maravilla.
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