Que a un ciudadano le quiten 6 meses de su trabajo para repartirlos entre la casta política y su red clientelar que la mantiene no es que sea un delito es que es una putada que no veíamos desde la Edad Media, los señorios jurisdiccionales antes de 1812, el caciquismo y el derecho de pernada.
En España desgraciadamente no existen recursos suficientes para que el Estado pudiera vivir dejando tranquilos a los ciudadanos, ni hay grandes yacimientos de gas, oro, petróleo etc... de los que podrían detraer los recursos sin molestar al ciudadano. Nuestro depredador Estado detrae el 92% de sus recursos del bolsillo del ciudadano, lo cual significa que cuando la corrupción alcanza nuestro nivel es que la inmoralidad está ocupando el poder. No es lo mismo que un jeque viva a cuerpo de rey con el petróleo como fuente de recursos a que lo haga un dirigente castuzo español con el esfuerzo de sus ciudadanos, la corrupción es doblemente inmoral.
Pero todo esto ha ocurrido porque, además de relajarse la conducta pública y desaparecer la ejemplaridad como referencia para los ciudadanos lo que impera es una ausencia total del filósofo. El filósofo ha desaparecido de la sociedad y el vacio que éste ha dejado pronto ha sido ocupado y usurpado por los chamanes, brujos, hechiceros, predicadores, sofistas, vendedores de humo y demás fauna que ha tenido como resultado el vuelvo de los valores y la desaparición de las certezas. Para esta ganaderia que se ha hecho cargo del devenir de la historia el fraude, la corrupción y todo lo que creíamos eran defectos de la sociedad ahora son un acierto. Han dado un vuelco a los valores y el mediocre ocupa los puestos de responsabilidad, el banquero que debería cuidar nuestros ahorros nos roba, el sindicalista que debería defender los intereses de los trabajadores vive a costa de ellos, llamamos luchador al que no ha dado un palo al agua en su vida, al que no ha creado un solo proyecto de vida, al que no ha pagado ni una sola nómina y es el que se dedica a destruir lo que otros han creado. El parásito vive del esfuerzo de los demás y se le debe un respeto y así hasta lo que creíamos sagrado como robar, matar etc...todo depende de quien lo haga porque las certezas ya no existen. Los brujos, chamanes, hechiceros, predicadores y vendedores de humo nos han hecho creer que todo es relativo, que el concepto de justicia ha desaparecido y se impone el concepto de "depende de quien lo haga".
En este contexto no podemos esperar nada bueno ni siquiera una mínima luz que nos ilumine un futuro mejor, lo único que viene es mas oscuridad. Nos seguirán vendiendo el crece pelos aquel del lejano oeste porque nos han tomado por calvos y lo compraremos aunque sea a costa de gastarnos en él hasta el último céntimo porque estamos condenados a agarrarnos a algo como sea porque nuestro Titanic particular vemos que se hunde y ese madero en forma de chaman, brujo, hechicero o predicador sabe que no nos queda otra salida mas que agarrarnos a su madero o comprar su crecepelos porque en el fondo saben que nuestro dilema es "adaptarse o morir".
Acabo con una frase del historiador marxista Eric Hobsbawm que ya he repetido en alguna ocasión pero que viene al pelo.
“No sabemos a dónde vamos, sino tan sólo que la historia nos ha llevado hasta este punto y por qué. Sin embargo, una cosa está clara: si la humanidad ha de tener un futuro, no será prolongando el pasado o el presente. Si intentamos construir el tercer milenio sobre estas bases, fracasaremos. Y el precio del fracaso, esto es, la alternativa a una sociedad transformada, es la oscuridad”.
Carlos RH