En este tema electoral, no sabría decir si tanto monta o monta tanto la Administración como los sindicatos, pero la realidad es que cada cuatro cursos se produce la misma situación en los centros educativos y nadie quiere poner el cascabel al gato: jornada electoral igual a jornada escolar perdida. ¿Qué prima más o que debería primar más: el derecho a ejercer el voto por parte del docente o el derecho del discente a recibir la educación preestablecida? Actualmente, según están establecidas las elecciones sindicales en la educación pública, lo único que se busca es que llegue la jornada electoral y pase lo más rápidamente posible. Claro, siempre se ha hecho así, la organización siempre ha sido la misma y nadie quiere tomar una decisión hacia un lado o hacia otro. Por un lado, el trabajador tiene derecho a elegir sus representantes sindicales y la Administración está obligada a facilitar ese derecho pero no debiera ser a consta de pisar los derechos del compañero que se tiene que hacer cargo del doble de alumnado y del derecho de estos a cumplir el horario en las mismas condiciones que un día ordinario ya que tres sesiones se ven alteradas por la jornada electoral. Y no es este el mayor problema de todos, hay muchas horas en un curso y realizar la necesaria atención educativa puede suponer una experiencia enriquecedora para ambos colectivos. El problema radica en aceptar por parte de los Claustros de los centros educativos la organización de la jornada por parte de la dirección. La patata caliente se la llevan siempre los mismos: " - La dirección delcentro arbitrará las medidas o turnos necesarios de modo que los funcionarios docentes electores dispongan de ese tiempo para ejercer el derecho al voto." ¡Cuantas disputas, discusiones, malos entendidos y conflictos que pueden llegar a enquistarse por realizar esta desorganización organizada! Lo único que se está consiguiendo con esta pasividad organizativa institucional y sindical entre los docentes es una desafección sindical irrecuperable. Trasladar la problemática a los Equipos Directivos de los centros educativos y tanto unos como otros lavarse las manos para no ceder un ápice en sus pretensiones. Y esto lo único que genera son tensiones en la comunidad educativa. ¿Es posible otra organización en las jornadas electorales de los sindicatos de enseñanza? La respuesta es un SÍ rotundo. Y no sólo una, hay múltiples posibilidades que parece ser que a nadie satisface porque nadie quiere cambiar lo que siempre se ha hecho así presuponiendo que está bien o no se puede mejorar:1. Cerrar los centros educativos para darle permiso al profesorado las dos últimas o primeras horas de la jornada de trabajo y así pasarle el problema a las familias (improbable por parte de la Administración).2. Permiso al profesorado (primaria) la última hora de la jornada laboral para facilitar el voto y que no afecte a la jornada lectiva del alumnado (improbable por parte de los sindicatos que no están por la labor de perder el permiso de dos horas (máximo) de la jornada laboral.3. Votar fuera del horario laboral (las mesas electorales permanecen abiertas de 10:00 a 19:00 horas). También es posible realizar la jornada un día no lectivo ( la participación descendería y eso no beneficiaria la jornada electoral).Esperemos que dentro de 4 años la situación se clarifique por el bien de todos y se llegue a un acuerdo claro y conciso entre la Administración y los sindicatos.
Terminemos ya de una vez con el:
"Esto siempre se hizo así ~ nunca se hizo así"