El desquite de Koldo Aguirre

Fue Koldo Aguirre, quien este miércoles moría en Bilbao a los 80 años, el que llevó al Athletic a su primera final continental en 1977. Aquella finalísima de la UEFA, a doble partido, ante la Juventus de Turín, de los Iribar, Rojo, Churruca, Irureta o Dani, supuso un punto de inflexión para un equipo que, apenas un lustro después, saborearía las mieles del triunfo con el campeonato de Liga 1982/83.

Aguirre, entrenador rojiblanco también en aquella otra triste final de Copa del 77, ante el Betis de Rafa Iriondo, tuvo la oportunidad de desquitarse de esas dos derrotas siendo técnico del Valencia. El primero de mayo de 1983, los ‘chés’ se jugaban la salvación o el descenso en el último partido, en su campo de Mestalla, ante el Real Madrid, que hasta ese día disputaba el liderato al Athletic. Estos, a su vez, tenían que ganar en Las Palmas y que los merengues palmaran ante los valencianos para proclamarse campeones.

En el Insular, la cosa no pudo empezar peor: nada más iniciarse el partido, gol en propia puerta de De Andrés, que yo escuché contrariado a través del transistor en la cantina del regimiento de Infantería donde cumplía con mi servicio militar. Pero el fino estilista Manolo Sarabia empató minutos después. En Mestalla, mientras tanto, se mantenía el cero a cero. Hasta que Miguel Tendillo marcó un golazo, avanzado el primer tiempo. Los vascos anotarían hasta cuatro goles más y el Valencia resistiría los empellones madridistas. Finalmente, el Athletic ganaría la Liga 27 años después, entrenado por un treintañero Javier Clemente. Ese día, Koldo Aguirre, contratado para salvar a los valencianistas a falta de siete jornadas, sonrió doblemente satisfecho.