Los estilos y gestos de los nuevos políticos de Podemos y sus marcas blancas están provocando escándalo y recelo. Media España, la de las clases medias que ansía la recuperación económica y ama las libertades, asustada ante lo que podría ocurrir si las nuevas plataformas populistas ganan las elecciones generales, está deseosa de votar al PP, pero Mariano Rajoy y los suyos, con su política desentrañada y sin tacto, lo están impidiendo. El PP, que, por sus errores políticos y abusos, ha provocado que mas de dos millones de sus votantes le rechacen, tiene ahora una ocasión única para recuperar el control del país, pero debe refundarse, cambiar profundamente, abandonar esos vicios antidemocráticos y contrarios al bien común que ha empujado a millones de españoles a castigarlos en las urnas el 24 de mayo y a aupar a nuevos políticos hasta el poder. ---
Los políticos sin corbata, con greñas y sin educación dan mas miedo que los que saben guardar las formas, aunque muchos de ellos hayan demostrado que son chorizos y sinvergüenzas. Pero estamos educados y mediatizados para que la virtud lleve corbata y el mal se vista con camiseta y con descuido. Sin embargo, la clave no está en las formas, sino en el fondo. No necesariamente los de las greñas, la mala educación y los asalta capillas tienen que ser peores que los que han demostrado hasta la saciedad que son peligrosos depredadores capaces de arruinar un país y llenarlo de injusticia, abuso y corrupción.
Si todo sigue igual, si Rajoy y los suyos no abrazan con decisión la regeneración, si no cambian el rumbo de su política refundando un partido que ha acumulado "méritos" suficientes para ser inhabilitado por la Justicia, si lo único que hacen es cambiar algunos rostros y comunicar con mas intensidad, la gente, a pesar de los miedos y los riesgos, votará a partidos que hoy teme y que constituyen por lo menos una incogníta amenazante para el futuro de España.
Pero la gente está tan indignada y dolida ante las injusticias, mentiras, abusos, corrupciones y estupideces del PP que está dispuesta a anteponer el castigo por encima de todo y a quedarse en su casa o votar a los nuevos partidos, antes que entregar su voto a un Rajoy exasperante, que no entiende nada, alienado, insensible y tan alejado de la ciudadanía como de la democracia y el bien común. Los profanadores de capillas y fabricantes de twits ofensivos dan miedo, pero no el suficiente para votar a los que han permitido el abuso y el saqueo del país.
La tesis de Rajoy y de su equipo de que todo depende de la economía y que si la recuperación se afianza ellos seguirán gobernando, es falsa, como también lo es la teoría de que los ciudadanos, acosados por el miedo, van a arrepentirse pronto de haber votado a los populistas de Podemos y a los recien llegados de Ciudadanos. En el PP ignoran cosas tan elementalos como que los ciudadanos desean, con la misma intensidad que la recuperación económica, la regeneración ética y un castigo ejemplar para los ladrones afincados en el Estado, muchos de los cuales tienen carné del PP.
Rajoy es el gran derrotado en las elecciones del 24 de mayo y el gran culpable del triunfo de partidos nuevos que no tenían mas mérito que el de haber sintonizado con el descontento y la indignación de los ciudadanos. Con su política estúpida y ajena al interés general, Rajoy le ha hecho la campaña a Podemos, a Ciudadanos y hasta a un PSOE que estaba noqueado y sin rumbo, al que los errores y miserias de la derecha le han inyectado oxígeno "in extremis".
Para dejar de hacer campaña en favor del PSOE, Podemos y Ciudadanos, Rajoy tiene que hacer propuestas valientes y drásticas, justo las que espera la ciudadanía y las únicas que le harían recuperar el poder y evitar una derrota vergonzosa en las urnas: prohibir la financiación de los partidos con dinero público, garantizar la independencia de los poderes básicos del Estado, en especial de la Justicia, sin que los partidos vuelvan a nombrar jueces y magistrados, limitar los mandatos en los cargos a no mas de ocho años, adelgazar el Estado, asumir que los partidos son responsables de los delitos de sus cargos designados y elegidos, acabar con la marea de aforados, bajar los impuestos, abrazar la austeridad en el Estado y sus instituciones, dejar de gobernar con el bastardo criterio de que los gobernantes poseen un cheque en blanco que les permite hacer lo que quieran durante la legislatura, caminar decididamente hacia la democracia auténtica y abandonar los "tics" y comportamientos dictatoriales, reformar las leyes para que los delincuentes sean castigados y no dejen la prisión hasta que no devuelvan lo robado, y devolver al pueblo el protagonismo que le corresponde en democracia, entre otras.