Las zonas participantes en esta terrible matanza están localizadas en Noruega, Rusia, Canadá o Groenlandia, cuyos cazadores llegan como colonos en colosales embarcaciones armados con arpones o herramientas pesqueras preparados para el exterminio. Estos se instalan en las zonas del Norte Atlántico aprovechando la época de cría de estos animales. Las focas acuden a parir a sus crías y los cazadores las sorprenden allí, indefensas y en un ambiente protector y maternal del que goza cualquier cachorro. A golpe de garrote, de grandes martillos o de picos actúan sin compasión destrozando los cráneos de estas crías. Hay datos que confirman que casi el 95% de estos animales muertos tenían menos de tres meses de edad. Otro dato alarmante es el propiciado por el terrible informe que una sociedad veterinaria dio tras acudir a una de las cacerías y es que, alrededor de un 45% de las focas que fueron asesinadas estaba viva o consciente cuando fueron desholladas o despellejadas.
El Gobierno de Canadá aprueba esta barbaridad inhumana y salvaje con motivos, paradójicamente, medioambientales. Lo justifican argumentando la futura sobrepoblación de focas que impide el desarrollo de otras especies. Sin embargo, la realidad es bien distinta. Es sabido que las pieles, la grasa que se extrae de los diminutos cuerpos de las crías de foca se usan para bienes comerciales: pieles para calzado, pieles de abrigo, aceites o comida para perros. Sin embargo, hay un aspecto todavía más escalofriante: los genitales de foca para uso afrodisíaco.
Hago, a nivel personal como ser humano y animal que soy, un llamamiento a todos los que todavía hoy en día nos consideramos como tal. Respetuosos, sensibles, amantes de la vida y nuestra naturaleza, amigos de nuestros animales, contrarios a un maltrato animal por razones comerciales o culturales.
¡GRACIAS POR ESTAR AHÍ!http://www.petitiononline.com/19042004/petition.html
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