El título de la entrada puede despistar. Evidentemente, nunca Bob Dylan cantó en exclusiva para Michael Jackson y jamás ambos registraron nada conjuntamente. El titulo de la entrada tiene pues algo de provocador, pero nos va a servir para contar todo lo que rodeó a la grabación del famoso tema benéfico We Are The World (1985) para el proyecto USA For Africa y que sorprendentemente y contra todo pronóstico, tuvo el honor de ser el único momento de la historia en el que dos artistas tan antagónicos como Dylan y Jacko compartieron cartel. Había mas estrellas (yo creo que mas que nunca) pero los focos apuntaban a ellos. Cada uno por diversas razones, pero el hecho en sí mismo, no deja de tener su historia paralela. Repasémosla. A mediados de los años ochenta hubo un increíble boom de acciones benéficas por parte de muchos de los músicos mas importantes de la época. Detrás de la mayoría de esas campañas se escondía el loable objetivo de ayudar a esas causas, mientras que algunas no eran sino meros vehículos autopromocionales. La moda fué pasajera, una vez que el mundo vivió una sobredosis de mega-conciertos y discos de tributo a causas algunas de ellas de muy dudosa veracidad. Pero el gran hepicentro de todo aquella explosión de generosidad se concentró fundamentalmente entre los años 1984 y 1985. Por un lado estaba el ínclito Bob Geldoff en Reino Unido, principal impulsor del famoso Live Aid y del villancico coral Do They Know It´s Christmas Time de 1984 y que contó con la colaboración de muchas de las mas rutilantes estrellas de la escena británica (Sting, George Michael, Simon Lebon, Bono, Paul Weller, e incluso Paul McCartney al bajo). El previsible y extraordinario exito de aquella canción, agitó la conciencia de sus camaradas americanos y estos, lejos de quedarse al margen, organizaron su propio tributo en forma de canción al mismo pueblo de Etiopía, que por entonces vivia una de las mayores tragedias humanas del siglo. Y los cabecillas de todo aquello fueron ni mas ni menos que Michael Jackson (en plena resaca post-Thriller) y Lionel Richie, un cantante de color del que nunca tuve consciencia de que existía ni antes ni despues de aquello. Los llamo cabecillas irónicamente porque estoy convencido que el verdadero artífice de la canción no es otro que el otrora genial Quincy Jones, que actuó como maestro de ceremonias. El objetivo era reunir a lo mas granado del universo musical americano, y hacerles cantar el épico We Are The World. Hubo artistas a los que fué sencillo convencer, bien por su predisposición, bien por la estrecha amistad con los dos promotores del asunto o bien por la oportunidad que veian en todo el tinglado para aupar aun mas sus incipientes carreras: Paul Simon, Stevie Wonder, Diana Ross, Tina Turner, Harry Belafonte, Cindy Lauper o Ray Charles entre muchos otros. Hubo algunos que directamente pasaron del asunto (sorprendentes las ausencias de Prince, Madonna o Johnny Cash), y hubo un pequeño grupo de artistas de primer nivel que aunque fueron convencidos, tengo la sensación que aceptaron a regañadientes. Entre ellos, Bruce Springsteen y Bob Dylan. Dos músicos, que ya tenian un conocido pasado dentro del mundo de la canción protesta y el apoyo a causas humanitarias. Ocurre que en estos casos, su presencia chirriaba con el tono luminoso, glamuroso y pelín oportunista del proyecto. Pero al final, ambos cantaron, ya lo creo. De hecho, la parte de Springsteen junto a Stevie Wonder me parece lo mas provechoso, y con diferencia, de toda la grabación. Y ahí estaba Bob Dylan. Creo que aún mas incómodo que Springsteen. El maestro llevaba años un poco perdido en lo creativo y reconozco que en esta sesión de grabación parece desembolverse con la misma destreza que la de un pulpo en un garaje. Da algo de extrañeza verle embutido en esa chaqueta de cuero, con esos pelos alborotados, compartiendo tablas con personajes tan estrafalarios como la propia Lauper o el mismo Michal Jackson. De hecho, Dylan y Bruce parecen una copia calcada a nivel estético. Pero la presencia de Bob Dylan, se entendía que era fundamental para la plena viabilidad del proyecto. Y es que mucha gente por esa epoca, todavia asociaba al genio de Duluth con el concepto de canción protesta y con la lucha por la igualdad y los derechos sociales. Su participación en la canción se remite solo a unos versos "Theres a choice were making, Were saving our own lives, It's true we'll make a better day Just you and me" hacia mitad del tema. Anecdotas de la grabación hay muchas y muy jugosas. Siempre me hizo gracia una pequeña parte del video (minuto 4:25) en el que se ve levemente como Bruce observa con cierta extrañeza a Michael Jackson (situado a su derecha, en la primera fila) el cual ya por entonces, iniciaba su particular camino vital hacia el surrealismo mas incomprensible. También siempre me sorprendió saber que todas las estrellas del proyecto llegaron a los estudios de grabación del tema (que se grabó en un solo día por cierto) en lujosas limusinas, contrastando con el objeto de semejante inciativa. El único que lo hizo a pié, andando y como si la cosa no fuera con el, fue Bruce Springsteen, que recordemos, en esa epoca estaba en plena gira y voragine del album Born In The U.S.A. Pocos meses depues vino el Live Aid, el proyecto Sun City, el homenaje a Mandela y muchos mas acontecimientos socio-musicales, que en los noventa descendieron en número e impacto. Pero nadie olvida que a mediados de los ochenta, juntar a muchas estrellas en un estudio para grabar canciones de dudosa calidad, era muy beneficioso...para casi todos.
Lógicamente hubo video promocional del tema y su emisión fué constante a lo largo de todo el año 1985. Tanto que la canción de marras acabó ganando varios premios Grammy al año siguiente. Al final creo que tuvo tanta popularidad que nadie se acordó del objetivo de la misma, que no era otro que recaudar dinero para paliar la hambruna de Etiopia. Ese dinero también vino derivado de las ventas del album recopilatorio en el que alguno de esos artistas incluian alguna canción de su repertorio (o ajeno) para hacer mas atractivo el producto. En este caso, sobresale la maravillosa versión del clásico de Jimmy Clift Trapped, por parte de Springsteen y la sorprendente inclusión, esta vez si, del tema 4 the Tears in Your Eyes por parte del ausente Prince. Dylan, no contribuyó en la colección final del disco, que ni te decir tiene, fué numero uno de ventas en medio mundo.